Un fallo estrepitoso de las políticas públicas en formación y salud sexual. Especialistas en la materia y organizaciones feministas coincidieron ayer en este diagnóstico como principal causa del imparable número de abortos en España. Como ejemplos claros destacaron que más de la mitad de las 101.592 mujeres que, según el Ministerio de Sanidad, interrumpieron su embarazo en el 2006 no habían acudido nunca a un centro de planificación familiar y que el 90% de las menores de 19 años recurrieron a esta práctica en la primeras semanas de gestación.

El recurso al aborto como un método anticonceptivo más es considerado marginal. De hecho, el presidente de la Sociedad Española de Contracepción (SEC), Ezequiel Pérez Campos, calificó de "anecdótico" el porcentaje de mujeres que han podido hacer este uso. La Asociación de Clínicas Acreditadas para la interrupción voluntaria del embarazo (ACAI) lo cifró en menos del 10%. Se trata en su mayoría de inmigrantes de Rumanía y otros países del Este.

"Lo que hay que preguntarse es por qué hay tantos embarazos indeseados", postuló Guillermo González, presidente de la Federación de Planificación Familiar Estatal (FPLE). Y respondió con este análisis: han aumentado las relaciones sexuales entre jóvenes y falta una correcta educación sexual que las apoye y un fácil acceso a los métodos anticonceptivos, sobre todo entre las inmigrantes. "Mientras haya miedo a una auténtica educación sexual en los colegios y las comunidades autónomas no se lo tomen en serio, será muy difícil parar la tendencia", dijeron González y Pérez Campos.

Los expertos consideran como modelo a seguir las políticas de países como Holanda, Bélgica y Francia, donde se ha logrado invertir la tendencia gracias a una mejor formación, campañas específicas dirigidas a las inmigrantes y la venta sin receta de la píldora poscoito.

Empar Pineda, ginecóloga y líder de Otras Voces Feministas, defiende que un elevado porcentaje de las menores de 25 años que acuden a abortar lo hacen tras una relación accidentada.