La Guardia Civil ha detenido a 46 personas y ha desmantelado tres bandas que actuaban de forma coordinada en Ciudad Real, Córdoba y Madrid, dedicadas a los robos con fuerza en polígonos industriales, casas de campo, bares, tendidos eléctricos de las líneas del AVE, obras en construcción y paquetería. Según ha informado la Guardia Civil, la red había cometido robos en las provincias de Ciudad Real, Toledo, Córdoba, Madrid, Sevilla, Jaén, Zamora, Valencia, Guadalajara, León y Palencia, aunque las investigaciones se iniciaron en diciembre del año pasado en Daimiel (Ciudad Real) tras cometerse varios asaltos en naves industriales.

Los agentes averiguaron que la red residía en la localidad madrileña de Parla y que estaba dividida en pequeños grupos, perfectamente organizados y que actuaban de forma simultánea en varios locales a la vez. Uno de los grupos se asentó en la provincia de Córdoba y otro en la Cañada Real Galiana de Madrid. Precisamente, en uno de los registros realizados en este poblado marginal madrileño, los agentes localizaron a una joven autista que se encontraba encerrada en una pequeña habitación sin ventilación, cerrada con llave, totalmente desnuda y en pésimas condiciones de salubridad.

La banda actuaba en pequeños grupos de cuatro o cinco individuos que se repartían el trabajo y no dudaban en enfrentarse violentamente a los propietarios si los encontraban dentro del local. Antes de cometer los robos, colocaban en los caminos de acceso a miembros del grupo con la misión de vigilar y avisar de la presencia policial, de forma que estuviera preparado una vía de escape. De esta forma, actuaban con total impunidad, hasta el punto de que llegaban a utilizar focos para la iluminación y herramientas ruidosas como radiales o martillos percutores para forzar las puertas o ventanas de los locales.

Los componentes del grupo contaban con amplios conocimientos en sistemas de alarmas, y para no ser detectados ni identificados, manipulaban las cámaras de seguridad y los sensores. En sus desplazamientos utilizaban vehículos de gran potencia con las matrículas ocultas, cuyo gasóleo también había sido sustraído en explotaciones agrícolas. Además, para cargar y transportar el material sustraído, la banda se llevaba los camiones y furgonetas propiedad de las propias empresas asaltadas.

Vestían ropas oscuras y utilizaban pasamontañas y para transportar la mercancía robada circulaban por caminos, contando con el apoyo de un vehículo lanzadera. La Guardia Civil ha conseguido recuperar calderas de calefacción de viviendas nuevas antes de la entrega de llaves, diverso material de construcción y electrónico y más de tres toneladas y media de cobre procedente de subestaciones eléctricas, catenaria del AVE y transformadores de explotaciones agrícolas.

Los agentes también se han incautado de artículos de perfumería y cosmética, telefonía móvil, joyas, dinero en efectivo y cinco armas de fuego manipuladas con abundante munición. El valor de toda la mercancía recuperada supera el millón de euros.