Los propietarios de la central nuclear Ascó 1 han reaccionado esta vez con presteza. El director de la planta, Rafael Gasca, y el jefe de servicio de protección radiológica, Francesc González, fueron destituidos ayer, dos días después de que el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) exigiera la depuración de responsabilidades por ocultar la gravedad de la fuga radiactiva.

El incidente amenazaba con minar la credibilidad de la energía nuclear en un momento en que se reivindica como una alternativa frente al cambio climático, y los operadores han optado por utilizar a los directivos como fusibles.

El mensaje es claro. A diferencia de otras veces, cualquier error se paga de manera fulminante. En el episodio de corrosión del sistema de refrigeración ocurrido en el 2005 en Vandellòs 2, los despidos tardaron varios meses en producirse. La composición del órgano de control, el CSN, también ha variado desde entonces. En aquel momento su presidenta había sido nombrada por el PP y su actitud era mucho más indulgente con las deficiencias de gestión.

FUNCION ADICIONAL El nuevo director será el hasta ahora responsable de Vandellòs 2, César Candás. Este tendrá, "como función adicional, investigar y analizar el incidente que ha padecido la central", según explicó Eugeni Vives, portavoz de la Asociación Nuclear Ascó-Vandellòs 2.

Candás deberá también completar la labor de rastreo de las áreas contaminadas ordenada por el CSN, que ayer ofreció nuevas sorpresas.

El organismo regulador informó de que se han hallado nuevas partículas procedentes de la fuga del mes de noviembre, aunque estaban localizadas en las mismas zonas. Su contenido radiactivo está en fase de análisis, pero fuentes del consejo descartaron que el hallazgo fuera significativo. La central también apuntó que ya entraba dentro de las previsiones encontrar nuevos restos.

El pleno del CSN, que se reunió ayer, aprobó dar prioridad a la realización de un peinado del exterior de la central que se iniciará hoy mismo y designó un grupo de trabajo específico presidido por un consejero destinado a esclarecer todos los detalles del incidente. También ordenó vigilar los controles que la central está realizando entre sus visitantes y revisar los que ya ha realizado.

Hasta ahora no han revelado ningún indicio de contaminación. Para facilitar toda la información recabada, el CSN ha convocado el próximo día 22 en Madrid a los alcaldes de la zona.

A juzgar por las primeras reacciones, la reunión no será una balsa de aceite. Marià Vila d´Abadal, gerente de la Asociación de Municipios en Areas Nucleares (AMAC), calificó las destituciones de "lógico resultado del desbarajuste de Ascó", pero también avanzó que han solicitado una entrevista con el presidente de Endesa porque están preocupados por lo que consideran "un deterioro de la cultura de seguridad, la deficiente política de personal y otros factores inquietante descoordinación".