Ataviados como si fueran astronautas, seis voluntarios se encerraron ayer en unas instalaciones especiales en Moscú, sin salida a la calle, y allí permanecerán 520 días con el fin de simular un viaje a Marte. Los participantes, reclutados por la Agencia Europea del Espacio (ESA), serán observados durante las 24 horas del día para comprobar cómo responden física y psicológicamente a esta prueba de aislamiento. El experimento, bautizado con humor como el Gran Hermano marciano , consiste en llegar al final sin abrir la escotilla.

El experimento Mars500 se desarrollará en el Instituto de Problemas Biomédicos de Moscú, en unos contenedores preparados para la ocasión que miden en total 180 metros cuadrados y tienen una capacidad de 500 metros cúbicos. Los singulares astronautas deberán vivir de manera autónoma y el único contacto con el exterior será por correo electrónico.

Los seis voluntarios están comandados por el ruso Alexei Sitev, de 38 años, ingeniero marino y entrenador de astronautas. Le acompañan sus compatriotas Sujrob Kamolov, de 32, y Alexandr Smoleevski, de 33, con formación médica; el italo-colombiano Diego Urbina, de 27, y el francés Romain Charles, de 31, ambos ingenieros, y el chino Yue Wang, de 26, que también es entrenador de astronautas.

En el proyecto Mars500 se han preparado más de un centenar de experimentos que, según la ESA, también aspiran a ayudar a las personas en la Tierra.