Tal como ya quedó claro el pasado martes, el Congreso dio luz verde dos días después a la proposición de ley de despenalización de la eutanasia remitida por el Parlamento de Cataluña. Finalmente fue con los 135 votos en contra del PP y UPN, las 32 abstenciones de Ciudadanos y los 173 síes del resto de la cámara.

Se da así el primer paso para el debate sobre una futura despenalización y regulación de la eutanasia, algo que el Congreso ya había rechazado hasta en 16 ocasiones y que es una práctica legal en países como Bélgica, Holanda, Luxemburgo y Canadá.

El texto que ahora inicia una larga tramitación parlamentaria fue aprobado en Cataluña el pasado mes de julio y en él se propone modificar el apartado cuatro del artículo 143 del Código Penal para que queden exentos de responsabilidades los que, «de manera indirecta o cooperando», ayuden a morir de manera «segura, pacífica y sin dolor» a una persona que lo pida de forma «expresa, libre e inequívoca».

Además, se indica que el paciente deberá sufrir una «enfermedad terminal» o una «patología incurable» que le provoque un «sufrimiento físico o psíquico grave que se prevea permanente». De esta forma, se modificaría el texto actual del Código Penal, que actualmente contempla penas de prisión de entre 4 y 8 años para «quien induzca al suicidio de otro» y a penas de entre 2 y 5 para quien coopere con «actos necesarios al suicidio de una persona». También establece que será castigado con la pena de prisión de 6 a 10 años si la cooperación causa la muerte.

El objetivo, por tanto, es «despenalizar» esta práctica para que, tal y como argumentaron las representantes del Parlamento catalán, Alba Vergés i Boch, Assumpta Escarp Gibert y Marta Ribas Frías, los pacientes sepan que tienen «derecho» a que se respeten sus decisiones, se eviten las arbitrariedades y se proteja la práctica profesional, «abandonando el paternalismo».

«No se pretende suprimir sin más el apartado cuarto del Código Penal, porque se abriría la puerta a una mayor criminalización, sino que en el nuevo apartado que proponemos se haga una referencia clara y explícita a la despenalización», comentó en el debate Escarp Gibert, a lo que tanto Vergés i Boch como Ribas Frías añadieron que es una demanda de los ciudadanos.

Del mismo modo se pronunció la diputada del Grupo Parlamentario Confederal de Unidos Podemos-En Común Podem-En Marea, Marta Sibina Camps, quien aseguraba que la propuesta del Parlamento de Cataluña es un «ejercicio de valentía» que «mira de cara a un debate complejo» ante el cual las instituciones que representan a la ciudadanía «no se pueden poner de perfil».

Por ello, criticó que el PP no apoyara la iniciativa y que Ciudadanos se vaya abstener, siguiendo así con su línea de no actuar ante cuestiones de «gran relevancia». Por su parte, Ciudadanos advirtió de que esta iniciativa solo protege a quienes practican la eutanasia, pero se olvida de los pacientes que sufren y ha insistido en que esta reforma propuesta necesita un marco regulatorio.

El PSOE incidió en la importancia de que la despenalización de la eutanasia vaya acompañada de una regulación de la misma, como la recogida en la proposición de ley que los socialistas presentaron la semana pasada.