Una chica cuya identidad no ha sido revelada por la Guardia Civil permanece detenida en relación con la muerte de Cristina Martín de la Sierra, la niña de 13 años que desapareció a mediodía del martes en Seseña. El portavoz de la Guardia Civil en Castilla-La Mancha, José Luis González, aseguró que las investigaciones están muy avanzadas. "Prácticamente lo sabemos todo", confirmó, aunque eludió dar más detalles porque el caso se encuentra bajo secreto de sumario. No obstante, ha trascendido que los agentes tomaron declaración a una menor, compañera de clase de Cristina, según los vecinos, que al parecer ha admitido que tuvo una discusión con la fallecida y que facilitó la información que ayudó a encontrar ayer su cuerpo.

SIGNOS DE VIOLENCIA El cadáver apareció completamente vestido, con evidentes signos de violencia y a 3,5 metros de profundidad en una fosa con forma de embudo invertido junto a una fábrica derruida en la antigua cantera de yeso de Seseña. La principal hipótesis que baraja el instituto armado es que el fallecimiento se produjo por un accidente, posiblemente una caída en la misma fábrica abandonada, durante una discusión entre las dos jóvenes.

El cadáver de Cristina fue localizado por la mañana tras una larga búsqueda en la que participaron 50 guardias civiles. Las dificultades de acceso y la intensa lluvia dificultaron su recuperación, que no se logró hasta las seis de la tarde, tras la intervención de especialistas de rescate y montaña del instituto armado. El cuerpo de la menor fue trasladado al instituto anatómico forense de Toledo, donde se le practicará la autopsia bajo la supervisión de la titular del juzgado número tres de Illescas.

El padre de la adolescente fallecida, la Guardia Civil y el alcalde de Seseña, Manuel Fuentes, no descartaron que la joven haya podido ser asesinada, pero aseguraron que, de momento, no sospechan de nadie. "El lugar donde apareció el cadáver era utilizado frecuentemente por los chavales como espacio de juegos. Tiene cuevas y recovecos", comentó el responsable municipal.

Cristiana, que tenía dos hermanos varones de 18 y 19 años y una hermana que iba a hacer la comunión el próximo fin de semana, faltó de su casa el pasado martes. Tras llamar a los hospitales y rastrear las casas de sus amigas, sus padres denunciaron el jueves la desaparición. Los agentes fueron entonces a su casa para registrar las conversaciones privadas de Cristina a través de la red social Tuenti y no encontraron nada que pudiera explicar su desaparición.

Fue vista por última vez a las once de la mañana del martes, cuando salió de casa para ver a una amiga con permiso de su madre, que le pidió que volviera en una hora. Había estado castigada desde el viernes por llegar tarde, pero sus padres no dieron crédito a la posibilidad de que hubiese desaparecido por su propia voluntad.