En abril del año pasado, la policía detuvo en Valladolid a una joven de 20 años por suplantar la identidad de una antigua amiga en la red social Tuenti. Creado el perfil, comenzó a insertar contenidos injuriosos contra amistades de la víctima, que sufrió graves problemas psicológicos porque desconocía las razones por las que sus amistades le estaban rechazando.

Un británico fue condenado el año pasado a indemnizar con 21.500 euros a otro hombre por suplantar su identidad en Facebook. El juez le consideró culpable de difamar a la víctima y entrometerse en su vida.