La Policía Nacional detuvo ayer por un posible delito de estafa a Paco Sanz, un valenciano de 46 años que dice padecer desde el 2008 el síndrome de Cowden, una enfermedad rara que, según contaba, le habría provocado más de 2.000 tumores benignos, y que aparecía habitualmente en los medios de comunicación para, según afirmaba, tratar de conseguir financiación para viajar a Estados Unidos y someterse a un tratamiento experimental. También fueron detenidos sus padres y a los tres se les imputan, además, posibles delitos de apropiación indebida y blanqueo de capitales.

De confirmarse las sospechas policiales, se trataría de un nuevo caso Nadia, la niña enferma de tricotiodistrofia cuyos padres están acusados de gastarse en otros fines casi todo el dinero que recaudaron mediante donaciones para sufragar los tratamientos de la menor (más de un millón de euros). Como en ese caso, Sanz habría usado de gancho a personajes famosos. Lo hizo con el humorista Santi Rodríguez, que en el 2013 organizó una gala para recaudar fondos y que al conocer la noticia ha dicho que se siente «engañado y cabreado».

El programa Espejo Público de Antena 3 apuntó que la estafa podría superar los 100.000 euros y aseguró que entre los famosos que le prestaron ayuda estarían el actor y director Santiago Segura, el publicista Risto Mejide, los periodistas Dani Mateo, Carlos Alsina y Juan Ramón Lucas, o el youtuber Auron Play.

CHARLAS DE SUPERACIÓN / Sanz recaudaba dinero mediante la venta de un libro que había escrito, charlas de superación y la recepción de donativos en su web o mediante SMS. «He agotado mis recursos y los de mi familia para pagar el tratamiento. Las autoridades me ignoran», señalaba en Facebook, en la que aseguraba a los donantes que gracias a ellos «iba a poder seguir con el tratamiento, quizá curarme o incluso puede que se encuentre una cura que pueda ayudar a otros».

La causa, que permanece secreta, tiene su origen en una denuncia presentada en la Comisaría de Puente de Vallecas en Madrid y la lleva el juzgado número 53. Las detenciones se produjeron a primera hora de la mañana en Pobla de Vallabona y los tres presenciaron los registros en sus domicilios. A mediodía, cuando estaban en casa de los padres, la policía tuvo que llamar a un médico pues Sanz se sintió indispuesto. Según Salvador Pedrós, el abogado que les asistió toda la jornada, se trató de una subida de tensión y fue trasladado al hospital al acabar el registro.