La delincuencia, el tema preferido durante la campaña electoral, vuelve a preocupar a los madrileños después de que tres personas fueran asesinadas el pasado domingo en la capital. En uno de los crímenes la víctima fue una turista griega que se resistió a un atraco. La policía detuvo a los dos asaltantes, uno de los cuales es un menor que estaba internado desde octubre en el centro El Pinar y que disfrutaba de permiso judicial de fin de semana.

Los otros dos fallecidos son Joe Borsani, un productor musical argentino, y Antonio E. M., de 35 años y origen dominicano. Sus fallecimientos elevan a 56 las muertes violentas en Madrid en lo que va de año, una cifra muy superior en comparación con la registrada en el 2002. El año pasado, por estas mismas fechas, se produjeron 37 homicidios. El índice de Madrid resulta espeluznante también en relación con el de otras zonas. En todo un año, Barcelona y su entorno no superan las 10 muertes violentas.

CERCA DEL CONGRESO

El primer crimen del pasado domingo tuvo lugar a las 20.20 horas en las inmediaciones del Congreso de los Diputados, una de las zonas más vigiladas de la ciudad. Un joven de 18 años y un menor --ambos de origen marroquí-- se acercaron a Cristani P., de 32 años y nacionalidad griega, y su marido, un oftalmólogo que viajó a Madrid para asistir a un congreso. Los ladrones quisieron robar el bolso de la mujer, pero ésta se resistió. Entonces, según fuentes policiales, uno de los atracadores sacó una navaja y se la clavó en el costado izquierdo.

Los policías que estaban de guardia en el Congreso llamaron a sus compañeros del 091, que rastrearon las calles cercanas y detuvieron a los dos ladrones. Los agentes están investigando si los dos arrestados son los autores de otros dos robos en esa zona.

El menor detenido cumplía condena de 11 meses en el reformatorio de El Pinar por ser culpable de un robo con intimidación. Desde que ingresó, ha disfrutado de cuatro fines de semana de permiso durante los que residió en casa de su madre.

La policía, sin embargo, no ha detenido a nadie por los otros dos asesinatos. Joe Borsani, uno de los representantes de la movida madrileña, apareció muerto en su casa con una camiseta enrollada al cuello. El último de los fallecidos, Antonio E. M. recibió una puñalada mortal en la calle.