Un grupo de 121 inmigrantes paquistanís que se encontraban en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Ceuta fueron detenidos ayer en una espectacular operación policial que tenía como objetivo expulsarlos a su país de origen, una vez reconocidos por la Embajada de Pakistán en España como nacionales de ese estado.

Los agentes antidisturbios accedieron al interior del CETI dotados de cascos y escudos en previsión de posibles incidentes. La Delegación del Gobierno en Ceuta había extremado las medidas, dado que en las últimas semanas el gran número de ingresos que han tenido lugar en el centro había elevado hasta los 600 el número de inmigrantes acogidos, una cifra superior a su capacidad máxima.

Si la voz de alerta hubiera corrido entre los alojados antes de que la policía pudiera detenerlos, los paquistanís podían haber huido en masa, dado que el CETI no es un centro de internamiento. Los inmigrantes que se alojan en el mismo lo hacen voluntariamente, con la esperanza de viajar algún día a la Península y allí ser liberados. Para no despertar sospechas, los agentes eludieron incluso la puerta principal del establecimiento, utilizando la entrada trasera.

Solo dos paquistanís no pudieron ser detenidos. Uno porque no estaba en el centro y el segundo, porque está tramitando el estatuto de refugiado por su condición sexual. Hasta que el Gobierno se pronuncie sobre su petición no puede ser expulsado.

Los 121 detenidos, que llevaban varias semanas alojados en el CETI, fueron subidos a autobuses llevados hasta el puerto, donde embarcaron en el primer ferri a Algeciras.