Agentes de la Guardia Civil detuvieron el 1 de enero en el aeropuerto de El Prat a tres personas llegadas en una avioneta en la que se hallaron 900 kilos de cocaína. Los detenidos son el piloto y el copiloto, ambos argentinos, y una tercera persona de la que se desconoce el origen.

La droga fue descubierta por las fuerzas de seguridad cuando, en un control rutinario, los perros especializados en la detección de drogas de la Guardia Civil revelaron la presencia de cocaína en una avioneta Challenger 604 de la empresa argentina Medical Jet, especializada en transportes sanitarios. Las posteriores pesquisas de los agentes permitieron descubrir que la avioneta había cargado la droga en Cabo Verde antes de poner rumbo a Barcelona para introducirla en el mercado europeo. Uno de los detenidos es Gustavo Juliá, hijo del que fue uno de los altos mandos de la Fuerza Aérea argentina.