El presunto asesino de Suhaila D., la niña de 7 años degollada el sábado en su domicilio de Ceuta, fue detenido en la madrugada de ayer en el puesto fronterizo que separa la ciudad autónoma de Marruecos. La detención de Kassen E.Y., un súbdito marroquí, fue posible gracias al engaño de un conocido. Este le llamó por teléfono a Tetuán, donde había huido, para decirle que la menor seguía con vida y que lo mejor que podría hacer era entregarse, puesto que la policía de Marruecos también le andaba tras los pasos.

Kassen, excompañero sentimental de la madre de Suhaila, comunicó su llegada a la frontera de El Tarajal a las 23,30 horas de lunes. Media hora más tarde era detenido. La noticia corrió como la pólvora en El Príncipe, el barrio en el que vivían madre e hija. Familiares y decenas de vecinos de la barriada, habitada por su musulmanes, se acercaron hasta la frontera y, tras clamar justicia por la muerte de la niña, empezaron a arrojar piedras y pedir venganza. Policías nacionales tuvieron que realizar disparos intimidatorios al aire para impedir su linchamiento, según un comunicado de la Delegación del Gobierno.