A media mañana de ayer, los bañistas paseaban por la playa de La Jabonera de Bolonia (Tarifa, Cádiz) sin percatarse de los restos de la patera y la ropa de bebé que permanecían aún entre las rocas y semienterradas en la orilla.

La noche del lunes había desembarcado allí una treintena de inmigrantes subsaharianos, entre ellos 10 bebés menores de un año, sus madres y dos mujeres embarazadas. Sólo tres hombres, padres de algunos de los menores, embarcaron en la patera de las mujeres, aunque la Guardia Civil seguía buscando ayer más pasajeros en la zona.

Se trata del mayor contingente de bebés llegados a las costas andaluzas desde que comenzó el trasiego de pateras.

La lancha, semirrígida y de seis metros de eslora, fue avistada a pocas millas de la playa por el Servicio Integral de Vigilancia Exterior (SIVE) y se la dejó llegar a tierra sobre las diez de la noche.

Allí fueron interceptadas 29 personas, a las que se sumó una mujer que fue localizada por la mañana escondida en la playa. Todos presentaban un buen estado de salud, salvo una de las dos embarazadas, en el octavo mes ya, que ante los mareos y síntomas de hipotermia tuvo que ser trasladada al Hospital Punta Europa de Algeciras, donde fue dada de alta más tarde.

RECUPERACION RAPIDA "Nos alertaron que llegaba un buen número de menores, pero no esperábamos esto", apuntó Manuel Fénix, coordinador del dispositivo de la Cruz Roja. Con éstos, son ya 34 los bebés que han llegado a Cádiz en lo que va de año. No suelen presentar problemas de salud porque "las madres los protegen y son los primeros en recuperarse", explicó Fénix.

Mientras el resto de mujeres y hombres de la patera recibían una orden de expulsión que, saben, les da vía libre para permanecer en nuestro país a la espera de regularizar o no su situación, las 10 madres de la embarcación, que decían ser de Nigeria, descansaban ayer en los pisos de acogida de la ONG católica Centro de Atención al Inmigrante de Tarifa (CAIT). José María Pérez, director de la ONG, sabe que no permanecerán mucho tiempo en los pisos. "Son más felices porque pasó lo peor, pero vienen con las ideas muy claras y vendidas, tienen gente esperando para darles trabajo y pagar el pasaje, y sólo se quedan el tiempo necesario para recuperarse".

BUSCAR PROTECCION La llegada de bebés y menores subsaharianos será cada vez más frecuente, ya que se trata se mujeres que llevan mucho tiempo esperando en la costa de Marruecos para poder subir en una patera, en ocasiones hasta tres años. A este tiempo hay que sumar el recorrido que han hecho desde sus países de origen. Durante ese tiempo, si no tienen pareja buscan la protección de un hombre para evitar que las violen o agredan, pero muchas se quedan embarazadas, ya sea de unos o de otros.