A punto de cumplirse dos años de la muerte de cinco chicas en el Madrid Arena el 1 de noviembre en una fiesta de Halloween, el juez Eduardo López Palop dio ayer por terminada su investigación y decidió mantener la imputación a 16 personas entre ellas el jefe de la policía municipal de la capital, Enrique Monteagudo y al empresario Miguel Angel Flores.

Esta decisión provocó la dimisión del jefe policial y arreció la presión sobre la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, para que asuma responsabilidades. El juez explica los sucesos ocurridos esta madrugada cuando Flores organizó un evento y vendió 23.000 entradas para un recinto, propiedad del ayuntamiento de Madrid, en el que solo cabían 10.620 personas.

Este exceso de aforo provocó que los jóvenes casi no se pudieran mover, ya que los pasillos de evacuación o vomitorios estaban cerrados. También que muchos de ellos tuvieran dificultades "para respirar" cuando quisieron abandonar la pista central. Además, en el exterior del recinto se celebró una macrobotellón y cuando los controles se relajaron muchos de estos jóvenes, en estado de embriaguez, quisieron entrar al local para presenciar el espectáculo. Se produjo entonces "una avalancha humana" entre los que querían entrar y salir y las cinco chicas fallecidas se vieron "atrapadas bajo una auténtica muralla humana".

Así, el magistrado carga contra el jefe de la policía municipal porque "ni evitó, ni palió, ni aminoró" el macrobotellón que se celebraba en los alrededores del Madrid Arena. Por el contrario, su actitud "fue benévola y contemplativa".