Los museos de historia natural tendrán que empezar a hacer un poco más de espacio para sus réplicas de dinosaurios. Científicos asociados a National Geographic han analizado los restos de Dakota, un inusual fósil de hadrosaurio fallecido hace entre 65 y 67 millones de años y cuyos tejidos blandos se habían "momificado", y han descubierto que las vértebras de los dinosaurios no estaban tan unidas como se pensaba. Hasta un centímetro de distancia separa unas de otras, lo que aumentaría el tamaño de los animales: por ejemplo, un dinosaurio con 200 vértebras mediría dos metros más de lo estimado hasta el momento

Ese hallazgo es solo uno de los resultados de una completa investigación que se presenta en un nuevo libro y en un programa que National Geographic emite en EEUU el domingo. La base ha sido el estudio de Dakota, un fósil localizado en 1999 por un adolescente en la granja de su tío en Dakota del sur y que es uno de los pocos especímenes encontrados con tejidos blandos como piel, tendones y ligamentos fosilizados.

El extraño fenómeno se debe a una reacción química, según Phillip Manning, el paleontólogo británico que ha dirigido el estudio del fósil y que firma el libro. Los minerales en los que quedó enterrado el cadáver se formaron inusualmente rápido, adelantando la fosilización antes de que los tejidos blandos se hubieran degenerado completamente.

Esos tejidos han permitido calcular por primera vez aspectos como la masa muscular. Y en el caso del hadrosaurio se ha descubierto que su grupa era hasta un 25% mayor de lo estimado, lo que le permitía correr hasta a 45 kilómetros por hora. Eso supone que el herbívoro era hasta 16 kilómetros por hora más rápido que el voraz carnívoro Tiranosaurio Rex.

La velocidad era una de varias herramientas de protección del hadrosaurio frente a los depredadores. Otra es una piel rayada que le permitía protegerse con técnicas de camuflaje.