TStabe usted más que un niño de primaria? He aquí una sencilla prueba: si al violador del Vall d´Hebron le condenan a trescientos once años de cárcel y cumple dieciséis, ¿cuántos cumplirá el que arrojó a Miriam Alonso a la vía del Metro si a éste le han condenado a once años de reclusión siquiátrica? Si conoce la respuesta envíenos un sms con la frase "¡Virgencita, qué país!", sorteamos entre los participantes un curso intensivo de defensa personal, ya que como confíe en que lo defienda la ley pública es que es usted más simple que el guión de Yo soy Bea . Y lo triste es que estamos ante casos que un jurista, con la ley en la mano, justifica y argumenta, aunque deje a la gente de la calle con una horrible sensación de desamparo. Casos que por sí solos explican por qué los constructores de Cáceres temían denunciar a la banda que los extorsionaba a cambio de mantener sus obras a salvo, sabedores de que la ley es poco lo que puede contra tipos que se las gastan a la tremenda. Y eso no es todo. Aún nos falta por ver que el cabecilla de la banda no nos salga con la copla de que los incultos y los antipatriotas son en realidad los constructores, que, si se mira con escrúpulo, el papel de la banda ha sido crucial para el desarrollo urbanístico de la ciudad y su intervención ha propiciado el periodo más largo de estabilidad y prosperidad vivido por los albañiles de estas tierras, y nos salvó en el 23 F. Y todo por quinientos euros al mes. Al principio puede que el discurso suene raro, pero es solo cuestión de repetirlo mucho. Ningún argumento es tan estúpido que no encuentre una panda de interesados que lo defienda con los dientes (de oro, por su puesto).