No besar, no tocar, mantenerse a un metro en el contacto con el enfermo, evitar lugares concurridos, trabajar desde casa, consultar al médico por teléfono, extremar la higiene, no compartir cubiertos o bebidas, y tampoco el agua bendita. Frenar la expansión de la gripe A exige distancias.

Actualmente no hay motivos para alterar la vida cotidiana, pero "es posible que determinadas medidas deban implementarse pronto, cuando tengamos la ola epidémica del virus. Uno de cada tres españoles enfermará", declara Raúl Ortiz de Lejarazu, director del Centro Nacional de Gripe de Valladolid.

Las recomendaciones --lavarse las manos con frecuencia, taparse al estornudar o toser, usar los servicios médicos con prudencia y evitar el contacto físico-- se cuelan desde los medios de comunicación, mobiliario urbano y centros de trabajo.

En cuestiones de saludo, los europeos, y en particular los mediterráneos, somos más afectuosos, nos tocamos más, las distancias son mas cortas,... "Eso es bueno", dice Juan José Rodríguez Sendín, presidente de la Organización Médica Colegial, pero en caso de una infección vírica, el temido H1N1, "es mejor no prodigarse en relaciones sociales". Una encuesta de Yahoo, a la que respondieron más de diez mil internautas, concluía que un 64% de españoles no estaba dispuesto a dejar los besos de lado, mientras que un tercio renunciaría al estrecho contacto para evitar el contagio. Está demostrado que cuando la gente se saluda, se besa... comparte virus, bacterias, que contribuyen a la inmunización espontánea frente a las enfermedades. "Los expertos dirán si puede aplicarse al caso del H1N1".