El brutal asesinato de dos estudiantes franceses en Londres ha disparado la sensación de inseguridad de quienes viven en la capital. La ciudad sufre desde hace meses una oleada de asesinatos por arma blanca que han alarmado a la población. Cherie Blair, la esposa del exprimer ministro Tony Blair, confesaba esta semana "tener miedo" por lo que les pueda pasar a sus hijos "cuando están en la calle". El alcalde, el conservador Boris Johnson, admite que "todo el mundo está conmocionado por el nivel de violencia."

Laurent Bonomo tenía 23 años, al igual que Gabriel Ferez. Los dos estudiaban Bioquímica en la universidad francesa de Clermont- Ferrand y habían llegado a Londres el 1 de mayo para un curso de verano en el Imperial College. El domingo por la noche, la policía descubrió sus cadáveres tras una explosión y un posterior incendio en la vivienda alquilada por Bonomo. El piso había sufrido un robo seis días antes. Lo que en un principio parecía un accidente se convirtió en una investigación a gran escala por doble asesinato.

MUERTE "HORRIBLE" Los dos estudiantes murieron al recibir un total de 243 puñaladas en la cabeza, el cuello y el pecho. "Los dos parecen haber sido atados", señaló a la prensa el inspector Mick Suthie, de Scotland Yard.

Los chicos no tenían antecedentes penales ni conexiones sospechosas conocidas, y la policía asegura no tener la menor idea sobre el móvil del crimen. El único testimonio conocido hasta ahora es el de un testigo que dice que vio a un hombre blanco huyendo del lugar poco antes de la explosión.

El asesinato de los jóvenes franceses hubiera sido interpretado en otras circunstancias como un suceso turbador, pero excepcional. Sin embargo, toma un cariz diferente al ser el último de una larga lista de luctuosos ataques con arma blanca. El martes, una mujer murió apuñalada en un supermercado a pocos metros de donde vive la ministra del Interior, Jacqui Smith. La ministra había aparecido aquella misma mañana en televisión para desmentir que el problema de los ataques con cuchillos y navajas se haya agravado. Smith trataba de aplacar los ánimos, horas después de que cientos de adolescentes desfilaran para denunciar la muerte a navajazos, el domingo, del joven de 16 años Ben Kinsella, que estaba celebrando el fin de los exámenes.

Hace dos meses, una de las figuras del partido laborista, Harriet Harman, optó por vestirse con una chaqueta a prueba de cuchilladas durante una visita a su propio distrito electoral. Johnson, el nuevo alcalde de la ciudad, prometió atajar las agresiones a punta de navaja. De momento, en los dos meses que lleva en el cargo, 1.200 personas han sido detenidas en relación con el uso de armas blancas.