Cuatro días encerrados en un camión sin comer ni beber y con dificultades para respirar. Ese fue el calvario por el que tuvieron que pasar 12 jóvenes inmigrantes marroquís hasta que fueron descubiertos por la Guardia Civil cuando los conductores aparcaron el vehículo para descansar en Onda (Castellón). El viaje del camión patera , que llevaba un cargamento de ropa, comenzó en Tánger (Marruecos) y debía finalizar en Lyon (Francia).

El nuevo episodio de inmigración clandestina, que estuvo a punto de costar la vida a los 12 sin papales, concluyó a las cuatro de la mañana de ayer cuando una guardia de seguridad del polígono industrial de Onda escuchó ruidos en el remolque del camión y llamó a la policía local, que alertó a la Guardia Civil.

SIN FUERZAS Cuando los agentes abrieron el remolque del vehículo, 11 jóvenes --uno de ellos menor-- estaban tirados en el suelo y apenas tenían fuerzas para salir. Llevaban cuatro días sin comer, sin beber y sin ventilación. Todos ellos sufrían síntomas de deshidratación.

Pero la sorpresa vino unas horas después cuando los perros que inspeccionaban el vehículo en busca de un posible alijo de drogas detectaron algo en una caja. Al abrirla, los agentes hallaron a otro inmigrante. El hombre no podía moverse y tuvo que ser sacado en brazos del camión. Una vez en tierra se desplomó por la desnutrición y fue trasladado al Hospital La Plana en Vila-real, donde fue reanimado.

EXPULSION Sus 11 compañeros recibieron atención médica en el centro de salud de Onda donde, según informó José Martínez, teniente de alcalde de la localidad, "se les dio de comer". Cuando recuperaron las fuerzas, fueron trasladados al cuartel de la Guardia Civil, donde se les comunicó que estaban detenidos. Después, fueron trasladados al negociado de Extranjería en Castellón para su expulsión.

Los dos conductores del camión --los hermanos K. E. K., de 36 años, y R. E. K., de 31, de nacionalidad marroquí, pero residentes en Italia-- fueron detenidos por un delito contra el derecho de los ciudadanos extranjeros. Ambos declararon que se hicieron cargo del camión en Algeciras, una vez pasada la frontera, y que el camión venía precintado desde Tánger. Cuando la Guardia Civil comprobó la veracidad de sus testimonios y que el precinto no estaba manipulado, los puso en libertad, aunque ambos deberán presentarse a declarar ante el juez de Nules.

Otros seis jóvenes marroquís que trataban de entrar clandestinamente en España escondidos entre la carga de un camión español estacionado en Tánger estuvieron ayer a punto de morir asfixiados. Dos tuvieron que ser hospitalizados. Los seis jóvenes, de entre 19 y 28 años, lograron penetrar en el interior del remolque del camión a la espera embarcar hacia España, donde pidieron ayuda a gritos.