Un error judicial motivó ayer que dos familias incineraran los cuerpos de otros fallecidos por una equivocación de la funeraria, que se confundió al entregar los féretros. El juez del caso, Javier Pérez, abrió una investigación tras entregar los restos de los fallecidos a sus allegados correspondientes.

El juzgado ordenó ayer la entrega a las familias de los restos de una ciudadana hispanofrancesa, Pilar Gónzalez, y de otro ciudadano. Sus restos estaban clasificados en los féretros 134 y 104. Los allegados decidieron incinerarles y asistieron a sus respectivas ceremonias sin saber que los cuerpos no eran los de sus familiares. Sin embargo, cuando el consulado francés comenzó las labores de repatriación de la mujer se detectó el error y se subsanó el fallo antes de que se procediera al traslado a Francia de las cenizas de González.

El Tribunal Superior de Justicia de Madrid defendió ayer las complicadas tareas de identificación de los fallecidos. "El proceso sigue siendo completamente fiable y correcto", aseguró en una nota de prensa. También situó la responsabilidad del fallo en la empresa funeraria que se ocupa de entregar los féretros a las familias. A pesar de ello, el juez abrió "automáticamente" una investigación "para esclarecer las circunstancias en las que se ha producido la incidencia".

LEVE MEJORIA Mientras, ya han sido identificadas 130 de los 154 víctimas. Por su parte, la directora médica del Hospital La Paz, Aurora Fernández, explicó ayer que los heridos menos graves no recibirán el alta hasta dentro de dos semanas. De los 14 ingresados, tres están graves. La herida más grave, Gregoria Mendiola, ha sufrido una leve mejoría.

También evolucionan favorablemente María, de 11 años, y su padre, José Antonio. Su evolución les permitirá reunirse en las próximas horas tras haber mantenido un contacto telefónico. Se da el caso de que en el accidente falleció su madre, Amelia Filloy, y su hermana Laura, de 14 años.