Dos mujeres italianas, de 28 y 33 años, fueron lapidadas hasta la muerte en el archipiélago de Cabo Verde, situada en el océano Atlántico frente a la costa de Senegal. Según las investigaciones, los autores habrían sido dos jóvenes autóctonos y el móvil el despecho de uno de ellos, que mantuvo una relación sentimental con una de las fallecidas.

Una tercera joven, de 17 años, que también fue atacada, dada por muerta y abandonada en el campo, consiguió ir a pie hasta una población cercana y denunciar los hechos.

Una estancia idílica en un marco incomparable se convirtió en la peor de las pesadillas para Dalia Saiani, de 33 años, Giorgia Busato, de 28 y Agnese, de 17, que buscaban disfrutar de una de las mecas del windsurf : las tres italianas llegaron hace una semana a la isla de Sal, en la República de Cabo Verde. Agnese, la más joven, estaba disfrutando del que era su regalo de cumpleaños, mientras que sus acompañantes ya habían estado anteriormente allí. De hecho, Dalia, la mayor del grupo, mantuvo en el pasado una relación sentimental con un joven autóctono, Sandro Santus Rosario, guía turístico de 23 años.

Según pudo saber OTR/Press de los medios locales, Saiani daba la relación por terminada, pero él no quiso aceptar esa realidad y acosaba continuamente a la joven mediante llamadas y mensajes de móvil. Cuando las agredidas llegaron a la República de Cabo Verde, Dalia Saiani decidió que la mejor forma de aclarar la situación era hacerlo en persona y ella y sus amigas quedaron para cenar con Santus y un amigo suyo.

Sin embargo, cuando el grupo se dirigía a su lugar de destino en la noche del pasado jueves, los jóvenes caboverdianos se desviaron de la ruta y dirigieron el coche a las afueras, a una alejada playa de la isla de sal.

Vehículo Aquí los asesinos obligaron a las dos mujeres más mayores del grupo a bajar del vehículo, las lapidaron hasta provocarles la muerte y abandonaron sus cuerpos en un hoyo. En cuanto a Agnese, los agresores la golpearon con una piedra en la cabeza, dejándola sin conocimiento y dándola también por muerta, por lo que la dejaron abandonada también. Sin embargo, Agnese logró sobrevivir al brutal ataque y desplazarse a pie hasta el pueblo de Santa María donde denunció los hechos al día siguiente, el viernes por la mañana.

El jefe de Policía de la pequeña isla, Oscar Tavarses, señaló que tres hombres de la región fueron detenidos en conexión con los asesinatos.