Dos mil millones de personas en todo el mundo, entre chinos, taiwaneses, vietnamitas, coreanos y sus comunidades en el extranjero, dirán hoy adiós al Año del Cerdo de Fuego y darán la bienvenida al de la Rata de Tierra, un animal que identifican con la inteligencia y la prosperidad. En ciudades como Pekín, las calles retumban con los petardos y fuegos artificiales, que alcanzarán su punto culminante la próxima madrugada, cuando millones de personas en el país prenderán sus tracas particulares antes de sentarse a ver la gala televisiva de Año Nuevo en el canal CCTV.

En las horas previas, aquellos que puedan reunirse con sus familiares -a muchos se lo han impedido las peores nevadas en medio siglo- celebrarán una cena con alimentos considerados de buena fortuna. En el norte del país son los "jiaozi", unos raviolis hervidos en forma de media luna y con relleno de carne y verdura, mientras que en el delta del Yangtsé se come pastel de arroz "niangao", ya que su nombre en mandarín suena igual que la expresión "año próspero".

No faltarán las danzas de dragones y leones para ahuyentar los malos espíritus ante el nuevo año (aunque éstas son más típicas en el sur del país y entre las comunidades chinas del sureste asiático). Y en todas las regiones, dentro y fuera de China, estarán presentes las tradicionales decoraciones del Festival de Primavera o "chunjie": linternas rojas, caracteres con la palabra "fu" ("felicidad") pero boca abajo (señal de que ya ha llegado) y este año, por supuesto, muchas ratas y ratones.

De ello se intenta aprovechar en Oriente la factoría Walt Disney, dueña de uno de los ratones más famosos del mundo, Mickey Mouse: el roedor, y su novia Minnie, visten trajes tradicionales chinos estos días en Disneyland Hong Kong, y el parque de atracciones ha prometido pases gratis de por vida al primer niño y niña que nazcan en el Año de la Rata. En Taiwán, los templos y las calles donde se venden alimentos y ornamentos de Año Nuevo están repletos y millones de familias se desplazan por carretera para reunirse con los miembros más ancianos del clan y celebrar juntos la Nochevieja china.

El Año de la Rata promete ser próspero al menos para China, que acogerá los Juegos Olímpicos de Pekín, celebra sus 30 años de reforma y apertura económica y prepara otros actos con los que quiere sorprender al mundo, como la inauguración de la presa de las Tres Gargantas o el lanzamiento de su tercera nave tripulada. Pero los astrólogos ya predijeron que el Año de la Rata podría llegar con desastres naturales, y no se equivocaron, pues el sur de China continúa sufriendo la peor ola de frío y nieve en medio siglo (en algunos lugares la peor en cien años), con 105 millones de afectados y más de 80 muertos.

China ha trabajado contra el reloj para lograr que los cerca de 200 distritos y ciudades del país que no tenían abastecimiento eléctrico estos días pudieran recuperarlo en la Nochevieja, para evitar que el año comenzara "a oscuras" para millones de chinos. Gracias al envío de generadores móviles y al trabajo de miles de electricistas, ciudades como Chenzhou (una de las mas afectadas, con cuatro millones de habitantes sin electricidad durante 11 días) recuperaron por fin el suministro de energía.

Sin embargo, la prensa china ya avisó de que al menos ocho ciudades y distritos del país recibirán a la Rata a oscuras, por no hablar de los millones de inmigrantes rurales que deberán pasar solos la fiesta, debido al caos en el transporte ferroviario originado por la nieve. La rata y los otros once animales del zodiaco chino, según la leyenda, fueron las únicas especies que se despidieron de Buda antes de que dejara la vida terrenal.

El roedor, que no tiene en China las connotaciones negativas que se le atribuyen en Occidente, fue el primero que pudo decir adiós a Buda, ya que llegó cómodamente hasta él montado en el buey (el segundo en llegar) y saltó corriendo de su lomo cuando el rumiante estaba llegando.