Solo fue un segundo de ofuscación, pero sus consecuencias resultaron terribles para el barrio del Carmel de Barcelona. Tras una trivial discusión entre conductores, el chófer de un autobús de la línea 87 perdió el control de su vehículo y se empotró contra un bloque de viviendas, arrollando a su paso a cuatro peatones. El resultado fue dramático: dos fallecidos --una niña de 10 años y una mujer de 38-- y nueve heridos.

La calle de Dante Alighieri, uno de los ejes comerciales del Carmel, era una hervidero de gente a las 11.45 de ayer. A esa hora, el autobús, se quedó atravesado en la confluencia de dos calles, una furgoneta le impedía el paso. El conductor empezó a hacer sonar el claxon, el cruce se colapsó y la tensión entre automovilistas atrapados se disparó.

Cuando el conductor de la furgoneta acudió a retirarla se llevó una monumental bronca del chófer del bus, pero hizo caso omiso, arrancó su vehículo y se marchó. Pero entonces entró en escena el conductor de otra furgoneta que intentaba acceder a la calle de Dante. Este aceleró y se coló por un hueco, mientras el autobús daba marcha atrás. Tras la huída, el chófer del bus, ofuscado, aceleró, perdió el control, se subió a la acera y se empotró contra una columna. A raíz del impacto, la pared se desplomó encima de tres miembros de una misma familia que caminaban por la acera: una niña de 10 años, su madre y su abuela. Una cuarta transeúnte quedó atrapada bajo el bus.

Por otra parte, ayer también resultaron heridas seis personas, dos de ellas menores, en un accidente como consecuencia de la colisión del autobús en el que viajaban y un camión en la carretera a su paso por el término de Bureta (Zaragoza).