El aeropuerto chipriota de Larnaca, de donde partió el vuelo, vivió momentos dramáticos cuando algunos familiares y amigos de los pasajeros acudieron hasta allí en busca de información poco después de conocerse el drama. En la cafetería del aeropuerto, decenas de personas expresaban su frustración, y pedían los nombres de las víctimas a los responsables de la compañía, que llegaron cerca de dos horas más tarde desde que aparecieron las familias.

La principal confusión se debió a que a la misma hora despegaron dos aviones desde Larnaca hacia Atenas, lo que provocó que muchos allegados y familiares de personas que iban en ambos vuelos acudieran de inmediato al aeropuerto. La tensión fue creciendo a medida que avanzaba la tarde, cuando cerca de 300 familiares seguían reclamando información sobre la tragedia.

Varias de las personas que se congregaron en el aeropuerto requirieron de atención médica en la terminal, que desplazó dos ambulancias. La compañía habilitó dos números de urgencia y prometió asistencia psicológica para los afectados.

El primer ministro griego, Kostas Karamanlis, interrumpió sus vacaciones en la isla griega de Tinos al conocer el siniestro. Chipre ha decretado tres días de duelo, según anunció el Gobierno en un comunicado.