El astronauta Pedro Duque aterrizó ayer en Cáceres con el fin de apoyar el ciclo de conferencias con el que el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) trata de mostrar las repercusiones que las investigaciones espaciales tienen en la vida diaria, mucho más ahora en que la sociedad se ha convertido en una gran devoradora de las tecnologías que se desarrollan a miles de kilómetros de altura. Como ejemplos, el GPS que todo móvil o coche que se precie ya porta, en sus orígenes contribuyó a que las naves no se perdieran en el laberinto espacial ; o el velcro, que también nació en órbita.

Con una imagen muy alejada a la que se suele ver de él, desprovisto de traje espacial y con los pies muy en el suelo, el astronauta de ascendencia extremeña --sus padres proceden de Badajoz-- recordó su primera experiencia espacial como "muy intensa, porque solo tenía diez días, mucho trabajo por delante y la presión de viajar junto al veterano John Glenn".

El camino fue igualmente intenso. "Antes de llegar allí son muchas las sensaciones, desde la preparación del viaje hasta el empujón del cohete", cuando se inicia el despegue. Después, "lo único que sentía era cansancio" por el esfuerzo y el revuelo que esa misión había originado.

Durante la conferencia, --El espacio como herramienta de desarrollo económico y social -- Duque abordó los principales retos tecnológicos y humanos a los que se enfrentan en la actual carrera espacial, en la que la contribución de España, según reconoció, "es escasa", y a pesar de que se ha incrementado, el presupuesto destinado es "de cuatro o cinco euros por persona y año".

Duque también tuvo algunas palabras críticas sobre la aportación europea, "ridícula" según sus palabras, a pesar de que en poco más de un año se llevará a cabo el que será el mayor logro espacial del viejo continente, la instalación de un laboratorio propio en la Estación Espacial.

Esa escasa aportación puede ser un indicio de lo que Duque denominó ayer " el ciclo de decadencia" de la avanzada sociedad actual, que coincide paradójicamente con el momento en el que menos jóvenes optan por las carreras de ingeniería. Ante esto, el astronauta lanzó una recomendación: "hay que intentar que los mejores talentos, en lugar de buscar apaños de recalificaciones, acudan a las universidades".

También se hizo eco de la oportunidad de llevar a cabo un nuevo viaje a la Luna. "Es un buen momento, pero las estrategias de la NASA y la Agencia Espacial Europea son contrarias", por lo que duda de que cooperen en este proyecto.

Hoy se cumplen nueve años desde que Duque tuvo noticia de que se embarcaría en un proyecto con el que cumpliría el sueño de viajar al espacio . Aunque no sea la Luna, su huella si quedó ayer marcada entre los muros del San Francisco.