Será un regalo de una noche de verano. Un espectáculo astronómico con un horario apto para niños. El próximo sábado, al atardecer, el cielo brindará un eclipse parcial de Luna casi en el mismo momento de su salida, que coincidirá con la puesta del Sol. Este eclipse, el último del 2008, será, si las nubes lo permiten, un auténtico poema visual.

La Tierra se interpondrá entre el Sol y la Luna llena y será entonces cuando el satélite nocturno, que en realidad no posee luz propia, dejará de ser iluminado por el astro rey y perderá el brillo. Sin embargo, la Luna no desaparecerá del todo. Algunos rayos de luz serán desviados y refractados por la atmósfera de la Tierra, y teñirán de tonalidades oscuras y cobrizas la Luna que, más mate brillará hasta 10.000 veces menos de lo habitual.

El primer contacto que la Luna tendrá con la penumbra se producirá a las 20.22 horas, pero esta no empezará a sumergirse en la sombra de la Tierra hasta una hora después, a las 21.35. El eclipse llegará a su máxima plenitud a las 23.10 horas, cuando la sombra habrá cubierto ya el 81% del diámetro de la Luna. Será en ese momento cuando el satélite habrá adquirido el color escarlata de los rubís. La fase umbral del fenómeno acabará a las 00.44 horas. El acontecimiento finalizará tres minutos antes de las dos de la madrugada.

Para contemplarlo muchos amantes de la astronomía cruzarán los dedos para que el cielo no se encapote. Si su súplicas son escuchadas, el espectáculo lunar será apreciable a simple vista en toda España.