El Consejo de Ministros adoptó ayer la decisión de limitar a 24 grados la temperatura mínima de los aires acondicionados en los edificios de la Administración central para contribuir al ahorro energético. La medida del Gobierno sigue la misma línea marcada hace poco por la Generalitat, que fijó al principio del verano ese límite en los 25 grados para sus instalaciones.

La restricción afectará a todos los ministerios, organismos públicos dependientes o vinculados y entidades integradas en el sector público estatal. La vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, vinculó la medida a la necesidad de "dar ejemplo" tanto a los funcionarios como a la sociedad. "Por ello, exigimos un uso racional del aire acondicionado en los edificios públicos", explicó.

De la Vega argumentó que 24 grados "es suficiente para mantener el bienestar" y precisó que "existe un potencial de ahorro energético que se puede conseguir sin grandes inversiones ni grandes planes, simplemente aplicando el sentido común".

Al hilo de esta idea, recordó que dentro de 15 días se celebrará un consejo de ministros monográfico sobre cambio climático en el que se presentará el Plan de Acción 2008-2012 de ahorro y eficiencia energética, que incluye un plan específico para los edificios públicos. El Gobierno no ha querido esperar tanto y se ha apresurado a aprobar el límite de los 24 grados ante las altas temperaturas.

CAMBIAR DE ACTITUD La vicepresidenta remarcó que cuando el plan se ponga en marcha, el ahorro de energía en los edificios del Gobierno será del 30%. Un tercio del mismo se conseguirá con medidas como la aprobada ayer, que, dijo, "no requieren más inversión que un cambio de actitud". El plan del Ejecutivo prevé también que la temperatura en los edificios públicos durante todo el año salvo del 1 de junio al 30 de septiembre no supere los 21 grados.

El secretario general para la Prevención de la Contaminación y del Cambio Climático, Arturo Aizpiri, recordó que por culpa del aire acondicionado, "el pico de consumo eléctrico del verano casi iguala al del invierno". Y subrayó que "elevar un grado la temperatura puede ahorrar hasta un 7% de electricidad".

Aizpiri dijo esto en la presentación del informe Perfil Ambiental 2006, donde se denuncia que el 30% de la superficie ocupada de forma artificial en España a lo largo de la historia lo ha sido durante los últimos 14 años, concentrado en las grandes ciudades y en la costa.