Habitualmente surge el debate sobre la necesidad de educar fuera del entorno académico. Es decir, más allá del aula. Hace unos días en Cáceres pude disfrutar de una atractiva experiencia. Cientos de escolares de numerosos centros educativos se reunieron en la plaza mayor para disfrutar de una jornada completa y muy variada de actividad física en la calle.

Se trataba no solamente de realizar ejercicio físico. Algo, por otra parte enormemente necesario en una sociedad donde los índices de obesidad infantil van cada vez más en aumento. Era mucho más. Educación en valores. Convivencia con el diferente y con el similar. Alumnas y alumnos de distintos niveles, sitios de la ciudad, de pueblos cercanos… se juntaron gracias a esta iniciativa de la Consejería de Educación y Empleo y, sobre todo, del apoyo de un entusiasta grupo de profesores que ponían así el culmen a una actividad de formación sumamente provechosa.

La Dirección General de Deportes quiso estar presente animando e impulsando el desarrollo en ediciones posteriores de este proyecto que ahora nace. Lo hace uniendo otras acciones que se están desarrollando en los centros educativos y que viendo lo que está continuamente pasando en determinados deportes, se me antoja imprescindible.

Me refiero a las acciones que están llevando a cabo deportistas extremeños de élite, aconsejando, enseñando y ejemplarizando lo que tiene que ser el juego limpio, el vivir sin trampas o, en definitiva, lo que significan los valores olímpicos.

Estos referentes hacen que desde edades muy tempranas se repudie la violencia, se inculquen determinados principios que les hacen incluso avergonzarse ante la actitud, de momento, de una minoría de padres.

Por todo ello me pareció muy significativo que al término de esta jornada de alegría, de actividad plena, de calor humano, se prorrumpiera con un sentido aplauso por parte de todos los asistentes hacia sus maestros. Modelos de vida. Ejemplos que perdurarán en el recuerdo. Volveremos.