La controvertida asignatura de Educación para la Ciudadanía lleva camino de convertirse en una nueva maría en los colegios católicos concertados. Tras la eliminación del temario de los aspectos más polémicos --matrimonio homosexual, aborto y divorcio-- y la adaptación mediante una guía al ideario cristiano, el Ministerio de Educación ha incluido entre los posibles enseñantes de esta materia a los licenciados en ciencias eclesiásticas, condición que reúnen más de la mitad de los 20.000 sacerdotes españoles.

Estos estudios, que se imparten en universidades católicas españolas y extranjeras, incluyen licenciaturas como Teología, Derecho Canónico, Sagrada Escritura, Historia Eclesiástica, Arqueología Cristiana, Ciencias Religiosas, Estudios del Oriente Antiguo, Estudios Eclesiásticos Orientales, Derecho Canónico Oriental y Misionología. También se incluyen en el mismo saco los licenciados en Música Sacra, Canto Gregoriano, Organo y Dirección Coral.

GUIÑO A LA FERE La oferta queda plasmada en una orden ministerial, publicada en el BOE el 20 marzo, una semana después de la victoria socialista en las urnas, en lo que se interpreta como un guiño del Ministerio de Educación a la Federación Española de Religiosos de la Enseñanza (FERE) por no plantear resistencia a la implantación de la materia, una actitud que no respalda el sector más intransigente del catolicismo español.

El hasta ahora subsecretario de Educación, Fernando Gurrea, ha justificado la disposición alegando que, según los acuerdos firmados entre España y la Santa Sede, estos estudios tienen un reconocimiento similar al de las carreras de letras. "Si acreditan formación suficiente, sean sacerdotes o no, no se les puede negar que la impartan", ha indicado Gurrea, que acaba de ser nombrado director general de Cooperación Autonómica de Administraciones Públicas.

Fuentes del Ministerio de Educación subrayaron que la convalidación a efectos civiles de aquellos títulos, obtenidos en España o en el extranjero, se remonta a un decreto del Ejecutivo de Felipe González, en 1995, con el que se daba cumplimiento al acuerdo entre el Estado y la Santa Sede en esta materia.

La reciente orden exige a estos licenciados eclesiásticos haber cursado asignaturas que aborden cuestiones de derechos humanos, ética o filosofía o bien seguir un curso de cien horas reconocido por la Administración, que será regulado en breve. En la práctica, solo quedarían fuera de poder impartir la materia los licenciados en ciencias, ingenieros y arquitectos mientras no acrediten una formación suficiente en la materia. Lo habitual, sobre todo en los colegios públicos, es que la asignatura sea impartida por licenciados en Filosofía y Letras, Filosofía, Humanidades, Ciencias Políticas, Sociología y Derecho.

La FERE, que ya se mostró agradecida al departamento que dirige Mercedes Cabrera por permitir que sus 2.000 centros, con más de 1,5 millones de alumnos, adapten la asignatura a su ideario, no oculta su satisfacción con la iniciativa. La patronal religiosa intentará que quienes la impartan sean sacerdotes y religiosos titulados porque están más cerca de su ideario. En muchos centros serán los mismos que enseñan Religión.

No obstante, el secretario general de FERE, Manuel de Castro, matizó que estos docentes darán clase de Educación para la Ciudadanía "no por su condición de sacerdotes o religiosos sino por ser profesores". "Es claro que en los colegios religiosos los profesores están identificados con el ideario y, teóricamente, son todos aptos para dar Ciudadanía. Lógicamente un licenciado en ciencias eclesiásticas da más garantías", reconoció De Castro.

NUEVO MANUAL La federación está elaborando un manual para los profesores que den Filosofía y Ciudadanía en primero de bachillerato, de manera que los contenidos se ajusten a su ideario. De Castro avanzó que este texto doctrinal también se inspirará en el catecismo, los textos de los últimos papas y el episcopado para despejar dudas.