El 30 de enero, Humane Society, un grupo que trabaja en EEUU contra el trato cruel a los animales, empezó a hacer circular un escalofriante vídeo, grabado con una cámara oculta en un matadero de Chino (California). El gráfico testimonio dejó en evidencia no solo el cruel trato a las reses, sino también numerosas violaciones de normas de seguridad alimentaria. Y el domingo pasado la compañía, Westland/Hallmark, ordenó la mayor retirada de carne del mercado en la historia de EEUU: casi 65 millones de kilos de carne cruda y congelada producida desde el 1 de febrero del 2006.

El Departamento de Agricultura se apresuró a tratar de tranquilizar a los consumidores, asegurando que se trata de una retirada de clase 2 (lo que significa que los riesgos para la salud son mínimos) y explicando que la mayoría de la carne ya se ha consumido sin que se hayan detectado casos de enfermedades en humanos.

PREMIO A LA COMPAÑIA Sin embargo, el caso ha sacado los colores a la Administración, que hace un par de años premió con un galardón a la compañía, una de las principales proveedoras de carne para las comidas que se consumen en colegios públicos, otros programas de alimentación federales y para varias cadenas de fast food.

Los inspectores federales no habían detectado los abusos que se pueden ver en el vídeo, que muestra, por ejemplo, a reses tan débiles que son incapaces de mantenerse en pie y que pasan tiempo tumbadas sobre heces. Esos animales deberían haber sido descartados para el consumo humano, pues presentan más posibilidades de tener o contraer una enfermedad, incluyendo el llamado mal de las vacas locas.

El 4 de febrero las autoridades ya suspendieron la actividad en el matadero. Ahora, dos antiguos empleados han sido acusados de crueldad con los animales y la compañía está siendo investigada por este motivo.