Tras la aprobación el jueves en Estados Unidos de Gardasil, la primera vacuna contra el cáncer de cuello de útero, se abre ahora una importante fase: determinar quién deberá recibir el tratamiento, que se ha demostrado efectivo contra cuatro cepas de los virus de papiloma humano que causan el 70% de este cáncer y el 90% de las verrugas genitales. Los expertos confían en que las autoridades recomendarán a finales de mes que la vacuna, aprobada para todas las mujeres de 9 a 26 años, se inyecte a todas las niñas de 11 y 12 años.

Fijar la edad es vital, ya que la vacuna de Merck sólo funciona antes de que se produzca el contagio. En EEUU las adolescentes comienzan a tener relaciones sexuales, según la media, a los 15 años. Los virus de papiloma humano son la enfermedad de transmisión sexual más común.

285 EUROS LAS TRES DOSIS Un grupo independiente del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades estudia esa decisión, que se dará a conocer el 29 de junio. Además, se espera que los especialistas aconsejen que los estados hagan la vacunación obligatoria, una recomendación que abriría las puertas a que el costoso tratamiento (285 euros por las tres inyecciones necesarias) tenga cobertura en programas de salud subsidiados por la Administración y los seguros médicos privados. Cada estado deberá decidir también si la vacunación es requisito imprescindible para que las niñas puedan ir a la escuela. El fármaco, de momento, no se ha aprobado para varones.

Las recomendaciones de los expertos pueden ser decisivas para marcar el ritmo con el que se extiende en Estados Unidos el uso de la vacuna, aprobada mediante un procedimiento acelerado (seis meses) dada la eficacia demostrada en los ensayos. La Sociedad Americana del Cáncer la definió ayer como "uno de los avances en salud femenina más importantes de los últimos años".

Mientras, el laboratorio londinense Glaxo Smith Kline desarrolla Cervarix, otra vacuna contra este mismo tipo de cáncer, Merck tramita ya la aprobación de Gardasil en 50 países, incluyendo España, a donde la vacuna podría llegar a finales de este año. La farmaceutica --que sólo en Estados Unidos puede ganar con Gardasil más de 3.160 millones de euros al año-- está también trabajando con el Consejo de Investigaciones Médicas de la India para estudiar las posibilidades y los retos de la vacuna en un país en desarrollo. La Fundación de Bill Gates y otras organizaciones estudian la creación de programas de vacunación para los países más pobres.

Precisamente el elevado coste de este tratamiento supone la mayor barrera para que la vacuna alcance todo su potencial. El cáncer de cuello de útero --el segundo más letal entre mujeres después del de mama-- afecta cada año a 470.000 mujeres de todo el mundo y provoca 233.000 muertes. En los países menos desarrollados, sus efectos son más devastadores y Garsadil podría salvar más vidas.