--50 años dan para mucho
--Entonces sólo había 4 o 5 abogados en Villanueva y cuando uno se colegiaba, visitaba a los compañeros y les enviaba un saluda. Ahora ni sé el número que habrá, imagino que 60 o 70. Incluso sólo había un procurador y tuvimos que buscar a otro para que en los pleitos hubiera dos.
-- ¿Cuál es su reflexión?
--Muy pesimista porque esta es una profesión en la que te enfrentas a muchas personas: contra los que vas en un pleito, los clientes si el asunto no se gana, y los abogados que algunos se lo toman como cuestión personal. También he tenido disgustos con clientes que se han ido a otros despachos tras dedicarme a ellos en cuerpo y alma; no por el dinero, sino por la ingratitud.
--¿Ninguna satisfacción?
--Sí, haber ganado algunos pleitos difíciles. Pero en general, no es una profesión agradecida como la del médico o el boticario.
--¿Ha tenido en algún caso conflicto con sus principios?
--La constitución establece que todo delincuente tiene derecho a ser defendido. Y debemos hacerlo aunque en nuestro fuero interno creamos que es culpable; y creerlo para poder defenderlo bien. Pero hay casos que personalmente no llevo. Al principio de mi carrera llevé un delito de abusos a menores y me causó tal impresión que no he vuelto.
--¿Ha evolucionado la justicia?
--Antes había juzgados de distrito y primera instancia. Los jueces permanecían hasta 10 años y ahora no da tiempo a conocerlos y eso no es bueno. Por otro lado, el nivel de los letrados es muy bajo y hay demasiados.
--Vivió el paso a la democracia
--En la justicia no se notó. Lo único fue que las leyes que se dictaron fueron más flexibles y algunos delitos desaparecieron.
--¿Recuerda algún caso?
--En los 60 el Frente de Juventudes dejó de pagar el alquiler e inicié la demanda contra el Jefe del Estado, Franco. El caso es que antes de iniciar el proceso, pagaron. Otro fue el de una separación. Cuando acompañamos a la mujer al domicilio recoger sus cosas y a comunicárselo al marido, los dos se echaron a llorar, se abrazaron y nos fuimos de allí.
--¿Por qué esa mala fama?
--La gente tiene razón. Antes el colegio de abogados depuraba responsabilidades e incluso expulsaba da los que incurrían en falta grave. Hoy no, y se producen los mayores desmanes. Se podría mejorar la imagen denunciando anomalías o excesos al colegio, con una simple carta.
--¿Qué le falta a la justicia?
--Jueces y funcionarios, es decir, dotación presupuestaria suficiente
--Está de acuerdo con la huelga
--Los jueces tienen razón.