--¿Existe vinculación entre las adicciones y los trastornos afectivos?

--Sí, claro. Hay una vinculación tremenda. Un sujeto adicto tiene una enfermedad que se llama adicción, que está incluida en los criterios que definen la patología mental. Muchas veces, la adicción ocurre simultáneamente con un trastorno afectivo. Son sujetos con una fragilidad emocional importante, que no reaccionan de manera adecuada ante una situación de estrés y tienen un estado de ánimo bajo y alterado.

--¿Cómo se inicia una adicción?

--Es una enfermedad compleja que depende de la vulnerabilidad genética individual, del grado de aceptación e integración social que tenga la droga y de que sea accesible. Muchos soldados de EEUU en Vietnam eran heroinómanos, pero cuando volvieron a casa la adicción desapareció. En EEUU también había heroína, pero no existía el factor ambiental que les inducía al consumo.

--¿Quien consume a diario alcohol y tabaco sufre esos conflictos?

--No se puede generalizar. Un adicto es una persona que busca de forma compulsiva la droga, que la usa a pesar de las consecuencias negativas que tiene en su cuerpo, que pierde el control en el consumo y que recae tras largos periodos de abstinencia.

--¿A un fumador le ocurre todo eso?

--¿Un gran fumador busca de forma compulsiva el tabaco? Yo diría que sí: si no lo tiene, va donde sea, a la hora que sea, para obtenerlo. ¿Pierde el control en el consumo? Sin duda: si solo puede fumar cinco cigarrillos en un día se siente mal. ¿Sigue consumiendo a pesar de las consecuencias negativas? Es obvio: fuma teniendo bronquitis. ¿Y recae si durante un mes no fuma? Creo que sí.

--¿Qué pasa por la mente de quien sabe que el tabaco puede provocar cáncer pero sigue fumando?

--La adicción le ha cambiado los circuitos cerebrales que controlan su comportamiento. La vida racional, eso que nos hace ir cada mañana al trabajo aunque no nos apetezca, depende del córtex cerebral, pero hay otra estructura, el sistema límbico, que rige las emociones y la vida instintiva. En los sujetos adictos, la vida instintiva y emocional domina el comportamiento. La droga provoca un sentimiento placentero y ahí no hay raciocinio que valga. Eso es superior a la conciencia de riesgo.

--¿El objetivo inicial de quien toma una droga es sentir placer?

--Sí. Siempre. Y todas son susceptibles de dar placer, aunque el primer cigarrillo no siente bien. El placer es el inicio de todas las adicciones. Una vez creada la dependencia, la droga golpea y cambia el circuito límbico del cerebro, el que percibe el placer. Lo altera y, poco a poco, el sujeto que consumía droga para disfrutar, lo hace para no encontrarse mal, que es diferente. En un adicto, el placer ha desaparecido, está siempre mal, y toma la droga para encontrarse normal, lo cual es un drama.