Trata de superar el mal trago, tras las presiones del todopoderoso lobi vinícola, de tener que retirar su proyecto de ley para restringir el consumo de alcohol entre los menores. Buena encajadora, reconoce sus errores y defiende, con la vehemencia de siempre, que, tarde o temprano, tendrán que llegar las limitaciones.

--¿Cree que se equivocó en el momento o en las formas pero no en el planteamiento de la ley?

--Creo que lo expliqué mal. Seguramente debimos reaccionar antes. La primera vez que salió alguien diciendo que queríamos prohibir el vino me pareció tan disparatado que no me molesté en desmentirlo. Debiera haberlo hecho.

--¿La ley será reactivada tras las próximas elecciones?

--Hemos visto que requiere un consenso social, en el que vamos a trabajar, y no creo que sea fácil hacerlo en un tiempo tan corto. La norma no se ha retirado porque haya una convocatoria electoral.

--Entonces, ¿seguiremos como estábamos?

--La retirada no quiere decir que nos vamos a quedar impasibles ante el problema. Nos centraremos en mostrar de forma más nítida los daños del alcohol y en medidas educativas que no necesitan una ley. Creíamos que la casi nula percepción del riesgo era solo entre menores. Hemos comprobado que también lo es entre la población en general. La permisividad con el consumo de alcohol es muy alta.

--¿No se podrían incluir las restricciones publicitarias modificando la ley de publicidad?

--El valor fundamental de la ley era su concepción integral. Lo que necesite ser norma legal habrá que hacerlo como tal. No veo que sea razonable modificar otras leyes para lograr ese fin.

--¿Se ha sentido abandonada por los consejeros de salud de las autonomías que le dieron su apoyo en el Consejo Interterritorial?

--No han sido todos. He recibido apoyos. Pero también me hizo reflexionar que algunos se sumaron a otras posiciones, como consecuencia del debate artificial que se estaba generando. Ver que consejeros de Sanidad cantaban las excelencias de algunas bebidas alcohólicas es otra razón que nos aconsejó retirar la ley.

--¿Se refiere a los de zonas grandes productoras de vino?

--Sí. No se ha entendido que la ley no afectaba al consumo responsables de bebidas alcohólicas, incluido el vino, y que era una ley dirigida fundamentalmente a los menores.

--Cree que el problema del alcoholismo juvenil irá en aumento si no se hace nada

--Se ha generado un debate social y la presentación de la ley ha tenido como efecto positivo que muchos padres, profesores y profesionales sanitarios tomen conciencia del problema. El debate seguirá vivo.

--¿El problema es tan grave?

--Se están detectando comas etílicos en niños de 12 años. Intoxicaciones etílicas hay muchas, pero como no necesitan ingreso hospitalario no se contabilizan. He pedido a los médicos hacer un registro mejor.

--¿Es de recibo que la misma botella de vino español lleve etiquetas sanitarias en Francia o EEUU y en España no?

--Así es. Los problemas son distintos en cada país. Allí no tienen el problema del botellón porque está prohibido emborracharse en público.

--¿El botellón es algo genuinamente español?

--Parece ser que sí. Hay unos factores que condicionan: el clima, que permite estar hasta altas horas en la calle, la permisividad y la escasa percepción del riesgo. Creemos que debe combatirse desde el punto de vista sanitario, no solo por la alteración del orden social, como ahora.

--El PP ha dicho que debe pedir perdón por haber elaborado la ley, y dimitir por retirarla.

--Creo que no tengo por qué pedir perdón, ni tampoco dimitir. He puesto sobre la mesa un problema. Que la sociedad decida hasta dónde queremos llegar para atajarlo.

--¿Cree que la sociedad no esta madura para una ley así?

--No es cuestión de madurez sino de falta de información. No somos conscientes de la cantidad de menores que consumen alcohol y en que cantidad, y de que los excesos del fin de semana producen daños neuronales graves en los cerebros en formación. La sociedad debe reaccionar ante esta información.

--¿La retirada de esta ley es una cesión más del Gobierno del PSOE por motivos electoralistas?

--No. Las leyes que modifican hábitos, como hemos visto con la del tabaco, solo tienen éxito si cuentan con un amplio consenso social. En el caso del tabaco todo el mundo está convencido de sus daños sobre la salud; en el alcohol no es así.

--¿Tan fuerte es el sector del vino para tirar abajo una ley sanitaria?

--Es un sector económico importante, pero ha tenido un planteamiento miope, porque las limitaciones, tarde o temprano, tendrán que llegar. Cuando antes se apliquen será mejor para los menores y para el sector, que tendrá una mayor capacidad de reacción. Las medidas educativas son insuficientes.

--Se ha dicho que el presidente Rodríguez Zapatero la obligó a retirar la ley....

--No, no. La decisión no se tomó en un minuto como algo inesperado. Ibamos viendo que había que hacerlo al no poder convencer al sector del vino de que el texto no vulneraba sus intereses en la promoción del consumo entre adultos.

--Pero, todo se precipitó tras una llamada del presidente...

--Nada, nada. Al ver, tras la reunión de la mañana, que el sector del vino no asumía el último texto, consideramos que la ley debía ser retirada. Lo único que se eligió a lo largo de la tarde fue el momento de hacer pública la decisión.

--¿Por qué a los productores les preocupa una ley estatal y no las medidas autonómicas?

--Tal vez porque piensan que tiene más posibilidades de ser cumplida. Las comunidades pueden establecer muy pocas limitaciones a la publicidad, ya que los soportes de la región tienen ámbito nacional.