El regulador de fertilidad y embriología del Reino Unido anunció hoy que ha aprobado, en principio, la creación de embriones híbridos, que combinan ADN de animales y seres humanos, destinados a la investigación con fines terapéuticos.

La llamada Autoridad para la Fecundación y Embriología Humanas (HFEA, en sus siglas en inglés) autorizó una polémica medida que, según los científicos, puede ayudar a conseguir terapias para curar enfermedades como el Alzheimer o el Parkinson. No obstante, los científicos que quieran usar los embriones híbridos aún tendrán que presentar una solicitud, precisó la HFEA.

En términos prácticos, la decisión del regular implica que las solicitudes que ya habían hecho científicos del King's College de Londres y la Universidad de Newcastle (norte de Inglaterra) podrán ser ahora evaluadas por un comité encargado de darles una licencia. La decisión anunciada por la Autoridad para la Fecundación y la Embriología Humanas se tomó tras varios meses de consultas.

Los sondeos efectuados indican que un 61 por ciento de los británicos está a favor de la creación de esos embriones mixtos, frente a sólo un 25 por ciento que se opone y en el que destacan los grupos religiosos. Los llamados embriones citoplásmicos tienen un 99,9 por ciento de ADN humano y sólo el 0,1 por ciento restante, de origen animal.

Para su creación, los científicos usan óvulos de coneja o vaca, vaciados de casi toda su información genética, y en los que se implantan núcleos con ADN de distintos tipos de células humanas. Los embriones resultantes son mayoritariamente humanos aunque en los mitocondrios, orgánulos de la célula donde se produce la energía mediante la degradación de moléculas orgánicas, queda un resto de ADN de procedencia animal.

Las células madres o troncales que se extraen de los embriones son células no especializadas que pueden luego diferenciarse en distintos tipos de tejido, algo de lo que se ocuparán los científicos en el laboratorio. Según sus partidarios, el empleo de óvulos de animales permitirá resolver la escasez de sus equivalentes humanos al proveer una fuente casi inagotable de células troncales. Actualmente, los científicos dependen de los óvulos humanos quedan en los tratamientos de fecundación pero éstos son escasos y además de poca calidad.

Quienes se oponen a esas prácticas señalan que con ellas se difumina la distinción que, en su opinión, existe entre el ser humano y el animal y denuncian que los embriones así creados son destruidos una vez que se extraen de ellos las células troncales.