TTiene usted ancestros asiáticos? Esos persistentes problemas de oído que le persiguen, ¿se los debe a su rama paterna o materna? ¿Es pariente lejano de Nicole Kidman o George Clooney y teme tener deseos incestuosos? Y la pregunta más importante: ¿Le sobran 1.000 dólares (unos 675 euros)? Si ha respondido "ni idea" a las tres primeras y "sí" a la tercera, la página www.23andme. com es su web. Gracias a ella --y facilitando un poco de saliva-- conocerá todo su genoma, es decir, su identidad genética. Bienvenido al futuro.

23andme.com --el 23 hace referencia al número de parejas de cromosomas que hay en cada célula humana-- es una empresa fundada por la bióloga Anne Wojcicki que permite al usuario nada menos que googlear en el propio genoma. El procedimiento es relativamente sencillo.

COMPARAR CON EL VECINO Tras inscribirse y abonar los 1.000 dólares, el usuario recibe un kit que consta de una cajita donde hay que verter un poco de saliva. La muestra se envía a la empresa, que, tras extraer los datos genéticos, los cuelga en la red. Luego, el usuario accede a la información mediante una contraseña, y a partir de ahí empieza el surfeo. "Con toda la información a la vista, uno puede pasearse por sus genes, detenerse en un cromosoma y compararse con amigos y vecinos", señala alegremente la web.

Tan importante en el nacimiento de la empresa ha sido la profesión de Wojcicki como la boda que contrajo con Sergey Brin, el cofundador de Google y la quinta fortuna de EEUU, calculada en 18.000 millones dólares. De hecho, Google ha invertido 4 millones de dólares (2,7 millones de euros) en la empresa.

Así las cosas, más de uno se pregunta qué hace Google en una empresa que espera tener los datos genéticos de millares o millones de personas. 23andme.com promueve el contacto entre usuarios con códigos genéticos semejantes. Por ejemplo, y especulando, se puede abrir el foro de los que tienen un gen que produce propensión al asma, o el de aquellos cuyo material genético tiene origen en Papúa Nueva Guinea.

EL LADO PERVERSO Esto, por supuesto, es el lado amable de esta web social. El lado perverso puede espolear a que alguien cree un club exclusivo de arios al 100%. A quien tenga ideas parecidas habrá que recordarle, sin embargo, que el 99,5% de la carga genética es igual entre los humanos, por lo que las diferencias apenas suman un 0,5%.

Por supuesto, habría empresas que estarían dispuestas a pagar lo que fuera por disponer de una base de datos con millares de personas a las que, por ejemplo, sus genes condenan a padecer, un día u otro, problemas vasculares o respiratorios.

El primer análisis que debe de hacer todo internauta que recurra a los servicios de una web como esta es mirar si sus ancestros eran hipocondriacos. En caso positivo, lo mejor será que salga de internet y, si solo quiere conocer el origen familiar, se gaste el dinero en un curso de heráldica o de genealogía.