En invierno los pies se enfrían debido a las bajas temperaturas, y en ocasiones, hay disminución del flujo sanguíneo, al llevar calzados apretados o calcetines que oprimen. Esto puede provocar molestias y dolencias en nuestros pies. La podóloga extremeña Rosa Gómez ofrece algunos consejos y cuidados que hay que seguir.

-- ¿Cuáles son las principales dolencias que afectan en esta época del año a nuestros pies, debido a las bajas temperaturas?

--En invierno son frecuentes los sabañones, que pueden aparecer a cualquier edad, pero su aparición es más propensa en personas con mala circulación periférica. También, influyen otros factores como el frío o la humedad.

-- ¿Cómo se pueden prevenir los sabañones?

--Con baños de agua caliente. También hay que mantener los pies bien secos, aplicar cremas hidratantes y usar calcetines que los protejan del frío.

La circulación de la sangre en los pies es muy importante, ¿cómo podemos mejorarla?

--La circulación de la sangre en los pies puede disminuir con la edad, para favorecerla se pueden realizar ejercicios de rotación con los tobillos y abrir y cerrar los dedos. También es conveniente sumergir los pies en agua caliente y agua fría varias veces, terminando con el agua fría.

--Además, ¿las personas con problemas circulatorios o con diabetes deben tener un cuidado especial?

--Sí, las personas con problemas circulatorios no deben calentar sus pies con fuertes fuentes de calor como los braseros o estufas. En el caso de personas con diabetes que sufran una lesión nerviosa, neuropatía diabética, deberán tener un especial cuidado con las quemaduras ya que tienen menos sensibilidad para percibir una lesión.

--¿Qué consejos nos da para prevenir estos problemas?

--Lavar los pies a diario es muy importante, aunque no hay que mantenerlos sumergidos en el agua más de diez minutos. Después, hay que secarlos muy bien, suavemente, sin friccionar, sobre todo entre los dedos. Las personas mayores que no lleguen bien a los pies, pueden hacerlo con un secador de pelo a baja temperatura. Además, hay que hidratar la piel mediante un ligero masaje, pero no se debe aplicar la crema entre los dedos. Las uñas no deben estar ni demasiado largas ni demasiado cortas, dejándolas rectas. Se pueden limar con una lima de cartón, para que no queden picos ni aristas. Con respecto al calzado, el mejor es el de piel, ligero y flexible, con suela antideslizante. Hay que llevar el pie sujeto, pero sin oprimirlo. Los calcetines se deben cambiar a diario y no deben tampoco apretar. Tampoco se debe oprimir las piernas con ligas.