THte de confesar que la primera vez que visité Villanueva de la Serena y Don Benito tenía más de 40 años. Durante mi infancia, sabía que un profesor mío había jugado en el Don Benito al fútbol. En mi época de estudiante descubrí que Don Benito, durante el siglo XIX, era la villa más poblada de Extremadura. Y poco más... Cuando regresé a mi tierra después de estar muchos años fuera, me empezó a interesar esa zona que llaman las Vegas Altas del Guadiana. Una de las razones era que en este diario trabajaba un grupo importante de periodistas de esa zona. Después me fui encontrando con un gran número de profesionales de la enseñanza, la medicina y el derecho nacidos en Don Benito y Villanueva. Hice varios viajes a la comarca para visitar a un par de cuñados y a amigas de mi mujer que viven por allí y me sorprendió el ajetreo intenso y la musculatura económica que se palpaba en las calles y en las carreteras, tan diferentes a la atonía cacereña de funcionarios, docentes y comerciantes. El triángulo Miajadas, Don Benito, Villanueva de la Serena me recordaba a zonas de gran pujanza social y respetable riqueza de Bélgica y Holanda.

Para corroborar mi percepción, el domingo pasado, EL PERIODICO contaba que la mitad de los estudiantes extremeños que han obtenido un 9,3 de nota media y han sido becados por la Comunidad de Madrid para estudiar en universidades de la capital son de la zona de Don Benito y Villanueva. ¿Son más listos, son más hábiles, se esfuerzan más? No lo sé, pero sí es verdad que cada vez que voy por allí me parece que he cambiado de región.