TNto hace mucho, se me acercó un señor y me pidió que denunciara un atropello. Resulta que había solicitado al rector de la Uex enchufe para que su hijo entrara en una carrera universitaria sin alcanzar la nota media exigida y el rector no le había hecho caso. Les confieso que me quedé sin habla. En 1987 fui miembro de un tribunal que debía examinar en Lugo a cientos de aspirantes a funcionarios. Una mañana, un tipo siniestro vino a verme al trabajo y me hizo una proposición: si el hijo de un conocido industrial gallego aprobaba aquellas oposiciones, yo no lo olvidaría mientras viviera. Inmediatamente supuse que si el hijo del magnate suspendía, también habría consecuencias. Afortunadamente, no se presentó y respiré aliviado.

El enchufe, que en Francia se llama piston , tiene ahora un nombre modernísimo que le borra el tufillo mafioso. Lo último es llamarlo network . Algo así como redes de amigos para conseguir trabajo. La otra tarde escuché en un canal económico a una chica española que ha escrito un libro sobre el tema. Aseguraba que ya no se consiguen buenos empleos echando currículos, sino creando potentes networks . Contaba que ella, cuando hace un máster, no se dedica a perder el tiempo estudiando, sino a relacionarse con los compañeros, y apuntaba que había que destinar cada día al menos una hora al tema. Así que ya saben, hay que trabajar poco, estudiar menos y darle fuerte al network , que es lo mismo que hacían nuestros padres, sólo que ellos, además del network , regalaban un jamón y tenía más gracia.