Terenci Moix falleció ayer, poco antes de las tres de la mañana, en su domicilio barcelonés, muy cerca del barrio del Raval que le vio nacer. El autor de El arpista ciego , de 61 años, padecía un enfisema pulmonar por su adicción al tabaco.

En el momento del fallecimiento, estaban a su lado su hermana, la escritora Ana María Moix; su inseparable secretaria, Inés González; Ruiz Manzano y el traumatólogo Albert Nadal, que en los últimos años le había tratado la osteoporosis que sufría, a consecuencia de la cortisona que estaba obligado a tomar por su obstrucción pulmonar.

Ruiz Manzano, neumólogo y amigo íntimo de Terenci dijo que "era una persona muy positiva, pero también muy contradictoria, pero fue feliz hasta el último momento".

Los restos mortales del escritor fueron trasladados ayer al Ayuntamiento de Barcelona, donde se instaló una capilla ardiente. En los últimos días, el autor había pedido a una de sus amigas más íntimas, la periodista y escritora Maruja Torres, que en esa ceremonia "abierta a la ciudad de Barcelona y sus amigos" estuviese vetada a los políticos del PP y de CiU.

Otro deseo, expresado mil veces en sus entrevistas, es que sus cenizas fuesen arrojadas al Nilo, cerca del poblado de Deir el Medina, situado en el Valle de los Reyes, donde vivieron los constructores y también los depredadores de las tumbas faraónicas. Ana María Moix ha comentado que habrá que esperar a que la situación en Oriente Próximo se pacifique para que este acto pueda llevarse a cabo.

Terenci Moix, cuyo verdadero nombre era Ramon Moix Messeguer, nació en enero de 1942. De formación autodidacta, vivió en los años 60 en París y Londres desempeñando los más diversos oficios, como administrativo, vendedor de libros o asesor literario. Su revelación como autor supuso un importante acicate para la nueva narrativa en catalán. En esos años se consolidan sus grandes aficiones, la cinefilia, la ópera, la cultura pop y el amor por el antiguo Egipto, sustrato de buena parte de su producción.

En la década de los 70, Terenci obtuvo el premio de la crítica otorgado por El día que murió Marilyn . Una de sus relaciones sentimentales más largas, la que le unió al actor Enric Majó, le hizo renunciar a la narrativa durante algunos años para dedicarse a la traducción de obras teatrales.

El Premio Planeta a No digas que fue sueño , unido a sus apariciones televisivas, cargadas de simpatía y frivolidad, le convierten en uno de los escritores españoles más populares y vendidos. Alguna de sus obras son Garras de astracán , La herida de la esfinge , El amargo don de la belleza y El arpista ciego , mejor novela en castellano del 2002, según los editores.