El aislamiento y la escasez de alimentos comenzaron a sentirse con fuerza hoy en el municipio colombiano de Belalcázar, el más afectado por la erupción del volcán Nevado del Huila el pasado jueves.

Las lluvias y los deslizamientos por la erupción de la cumbre mantienen aislada desde el jueves la cabecera de Belalcázar, a la cual solo ha podido llegar alguna ayuda y alimentos mediante helicópteros.

Guillermo Alberto González, el gobernador del departamento de Cauca, región que junto a Huila y Tolima sintieron los efectos de la erupción, confirmó hoy que hasta el momento se han recuperado los cadáveres de seis personas y otras cuatro permanecen desaparecidas.

"De las partes de cabildos indígenas, en la zona alta, se ha comprobado la muerte de cuatro personas cuyos cadáveres han sido encontrados, hay otra persona de la cabecera municipal y una niña", dijo el funcionario.

Asimismo, añadió que siguen desaparecidas otras cuatro personas "pero son pocas las posibilidades de encontrarlas vivas. Entonces son diez víctimas y hasta ahora eso es lo que puedo reportar oficialmente", añadió.

La titular de la Dirección de Prevención y Atención de Desastres (DPAD), Luz Amanda Pulido, precisó que cuatro de las seis víctimas fatales eran niños de uno, tres, ocho y 12 años.

Aclaró que además de las cuatro personas reportadas por el gobernador, hay otros dos indígenas desaparecidos, así como 68 casas destruidas y averiadas, y un número no establecido de lugareños incomunicados.

En el primer informe consolidado sobre el desastre facilitado a la prensa por la DPAD, Pulido indicó que la erupción destruyó veinte casas, averió otras 48 y hará necesaria la reubicación de 157 más, la mayoría de ellas en Belalcázar.

Al menos seis puentes y varios tramos de vías intermunicipales fueron también destruidos. El gobernador del Cauca añadió que los organismos de socorro están trabajando en la instalación de medios alternativos para evacuar a los lugareños e ingresar las ayudas, dado que las lluvias no han permitido que los helicópteros entren de manera continua en la zona.

"El estado de la cabecera municipal es lamentable porque aún está aislada. En el día de hoy se instalarán tarabitas (sogas suspendidas en el aire) para poder continuar evacuando y entrando tanto comida como elementos de emergencia", añadió González.

Los alimentos comenzaron a escasear desde el fin de semana porque ha sido imposible la entrada por tierra de ayudas para los indígenas que habitan la zona y resultaron afectados por las avalanchas que se produjeron el mismo jueves en el momento de la erupción volcánica.

Asimismo, anunció que ya se realizan los trabajos para restablecer el servicio de energía eléctrica, que se interrumpió porque varias torres cayeron con la avalancha que provocó el jueves el primer alud que se generó con la erupción de la cumbre.

"También es muy grave la caída de los puentes, tanto de Coetando, como el puente de Juntas, de manera que se podrán arreglar en el termino de una semana y los otros cuatro se demorarán más debido a que son estructuras metálicas", aclaró.

La mayor parte de Belalcázar será reubicada por el peligro que representa la constante actividad del volcán Nevado del Huila y también serán trasladadas las comunidades indígenas que habitan en las zonas altas cercanas al cráter.

"Las zonas altas de cabildos indígenas necesitan reubicaciones, tema sobre el cual estaremos tratando sobre todos estos días", puntualizó. Una de las avalanchas tomó el cauce de la quebrada El Salado, que es tributaria del río Páez, en cuyas riberas está situada Belalcázar, cuya población urbana de unas 3.200 personas permanece incomunicada y en medio de la zozobra por temor a nuevas avalanchas.

En la misma situación están los vecinos de parajes rurales, en un número que no ha sido establecido, aunque la Fuerza Aérea Colombiana (FAC) ha evacuado a 506 personas confinadas por la avalancha.

La FAC también ha transportado hasta las comunidades afectadas más de 16,26 toneladas de ayuda humanitaria, lo mismo que diez plantas eléctricas.

Tres de ellas fueron descargadas en Belalcázar y las otras siete en resguardos (asentamientos) indígenas de la misma zona, precisó Pulido, que facilitó el informe después de una reunión de las entidades con asiento en el Sistema Nacional para la Prevención y Atención de Desastres.