El primer fallecimiento fuera de América por la gripe A se produjo ayer en Escocia. La víctima, cuya identidad no fue dada a conocer a petición de la familia, estaba en un centro sanitario de la zona de Glasgow y tenía otros problemas de salud, según indicó anoche en un comunicado el Gobierno escocés.

El número de casos de gripe A confirmados en el Reino Unido roza el millar, de los que 500 se han detectado en Escocia, donde 10 de los afectados se encuentran hospitalizados. El número de contagios crece cada día en todo el país y el Ejecutivo británico se dispone a anunciar esta semana un paquete de medidas para tratar de combatir la epidemia y frenar su expansión.

Tras conocerse el primer caso mortal, algunos expertos sanitarios hacían anoche un llamamiento a la calma, subrayando que el peligro de contagio sigue siendo mínimo . "No creo que la gente deba preocuparse demasiado, ni en Escocia, ni en Inglaterra", declaraba a la BBC el profesor John Oxford, especialista en virología. "El virus sigue teniendo un nivel de letalidad muy bajo y no esperamos un aumento espectacular hasta el otoño. Sigo pensando que las posibilidades de contagio son remotas y la situación no empeorará en verano", dijo.

El Reino Unido dispone de fármacos para combatir la gripe estacional en cantidades que alcanzan al 50% de la población, y espera llegar a disponer de dosis suficientes para el 80%.