Tras un largo debate sobre el mantenimiento de la asignaturas de Religión y la nueva Educación para la Ciudadanía, el Gobierno aprobó ayer el decreto que reforma las enseñanzas de la educación primaria (de los 6 a los 11 años). El texto ha limado los puntos que irritaron a la Iglesia católica, como las refencias al matrimonio gay, e introduce cambios para mejorar las competencias básicas, como la obligación de que haya 30 minutos diarios de lectura. Además afectará al número de clases de y en lenguas oficiales de otras CCAA. El último párrafo de los 118 folios del decreto implica que las clases de o en castellano deberán ser al menos tres a la semana.

El decreto consagra esta práctica pero el ministerio quiere impedir que sirva para acabar restando horas de castellano. Para ello, establece que cuando las estructuras comunes se impartan en otro idioma, "deberá garantizarse que el alumnado recibe enseñanzas de lengua y literatura castellana o en lengua castellana en un número de horas no inferior al que corresponda".

LECTURA DIARIA Más allá de esta consecuencia inesperada, el decreto intenta reforzar, más que el listado de contenidos, como sucedió con las reformas del PP, los recursos para lograr que los alumnos adquieran las competencias básicas para solucionar el déficit en comprensión lectora, matemáticas e inglés detectado entre los escolares. Tendrán 45 horas más en estas materias en toda la etapa y deberán dedicar un mínimo de 30 minutos diarios a la lectura en clase, en cualquier asignatura.

La vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega, dijo que ha seguido el "principio esencial" de la "igualdad básica de todos los niños españoles" para asegurar una formación común "a todos" dentro del sistema. La propuesta de mínimos deberá ser completada por las comunidades, según el porcentaje de que disponen. Las que cuentan con lengua cooficial podrán administrar el 45% del horario y las que no la tienen, el 35%.

Los de primaria tendrán como mínimo 560 horas de Matemáticas (45 más que ahora), 385 horas de Lengua Extranjera (otras 45 más), 875 de castellano (25 menos que ahora) y 50 de la nueva materia de Educación para la Ciudadanía, que se impartirá solo en quinto o sexto. Pierden horas Conocimiento del Medio (25 horas), Educación Artística (35) y Educación Física (35).

De la Vega destacó que la LOE contempla el "seguimiento personalizado" de los menores, que "se plasmará con un diagnóstico, a los 9 años, con carácter orientador". Los que no alcancen los objetivos solo pasarán a la ESO si antes se han apurado los recursos existentes para recuperar su nivel: un plan de atención invidividualizada y repetir un curso. Asimismo, el alumnado inmigrante recién llegado con "carencias" de dominio de la lengua deberá tener una atención específica pero compartiendo "el mayor tiempo posible" con el resto de la clase. Quien manifieste un "desfase" grave podrá entrar en un curso inferior al que le correspondería por edad.

RELIGION En cuanto a la Religión, establece que las administraciones deberán garantizar, al inicio del curso, el derecho de los padres a que sus hijos reciban o no enseñanzas de Religión, pero fija como única opción alternativa la "debida atención educativa", para que la elección de una u otra no suponga discriminación alguna.

En este nivel educativo no está prevista una alternativa laica como la Historia de las Religiones que se cursará y evaluará en Secundaria. "La atención educativa en ningún caso comportará el aprendizaje de contenidos curriculares asociados al conocimiento del hecho religioso ni a cualquier área de eta etapa".

Además, dice que los de primaria deberán acabar esta etapa educativa con un "conocimiento de la diversidad lingüística de España" y una "valoración positiva de esta riqueza". Una declaración de intenciones muy acorde con el talante de pluralismo que impregna el texto, que no se limita a la nueva materia de Educación para la Ciudadanía y Derechos Humanos.