Aunque las cifras de nuevos casos disminuyen desde 1992, la población española sigue siendo la más afectada por tuberculosis en la Unión Europea, con excepción de Portugal. La incidencia en España de enfermos y portadores asintomáticos del bacilo de Koch multiplica por cinco la media europea, indica la Societad Catalana de Medicina Familiar y Comunitaria. En el 2005, se diagnosticó la tuberculosis a cerca de 12.000 personas en España, de las que un 45% mantienen activo el bacilo, es decir, son susceptibles de contagiarlo fácilmente a quienes conviven o trabajan con ellos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) convocó ayer el día mundial de esta enfermedad.

Un 25% de la población española de todas las extracciones sociales es portadora latente del bacilo y constituye una inalcanzable reserva natural del mycobacterium que descubrió Robert Koch. No obstante, menos de un 10% de esos infectados desarrollarán los síntomas de la tuberculosis, aseguró el doctor Joan Artur Caylá, de la Agencia de Salud Pública de Barcelona (ASPB).

El principal riesgo que implican quienes inician una tuberculosis es la facilidad con que dispersan el bacilo en los días inmediatos al contagio. Al hablar o al toser, lo lanzan al aire. Quien sigue con rigor la terapia antituberculosa --ocho pastillas diarias durante al menos ocho meses-- deja de transmitir la enfermedad tres semanas después de iniciar la toma de medicamentos.

INSENSIBLES El mal cumplimiento terapéutico en que caen muchos de estos enfermos facilita que el bacilo de la tuberculosis se adapte y resista a la medicación, una situación que complica su curación y facilita el nacimiento de microorganismos preparados para ser insensibles a las terapias. La OMS calcula que en el mundo existen unos 500.000 enfermos de tuberculosis en esa situación.

Conscientes de la importancia de que la población diagnosticada siga bien los tratamientos, la ASPB estableció en el 2000 la unidad de Tratamiento Directamente Observado, un servicio que tiene la misión de garantizar la toma de los fármacos de personas reacias a hacerlo.

Un 7% de los enfermos de tuberculosis en España son inmigrantes venidos de países pobres que, en su mayoría, se infectan aquí y desarrollan los síntomas meses después de haber llegado, explican los especialistas.