En los últimos 10 años, en España han muerto 404 personas en accidentes de autocar, la cifra más elevada de toda Europa. El segundo lugar lo ocupa el Reino Unido y el tercero, Francia. Así se recoge en un estudio del RACC, que, sin embargo, deja claro que viajar en autocar no tan peligroso como parece. Especialmente, si se compara con la siniestralidad de los turismos. El riesgo que tiene el transporte colectivo de sufrir un accidente es 30 veces inferior al que tiene un vehículo privado.

A pesar de que los siniestros de autocar suelen ser muy llamativos, sólo representan el 0,6% de los accidentes que se registran en las carreteras españolas. En el Reino Unido el porcentaje es del 1,29% y en Austria, el 0,97%. El resto está por debajo.

El informe del RACC hace hincapié en la existencia de dos obstáculos para combatir este tipo de accidentes. El primero es la antigüedad del parque. La media de edad de los 56.957 autocares españoles es de 9,4 años. Y el 25% tienen más de 15 años.

El segundo problema es el casi nulo uso del cinturón, un elemento de seguridad que evitaría el 80% de las muertes en caso de vuelco y el 100% en las colisiones frontales, explicó ayer el responsable de los proyectos internacionales del RACC, Luis Puerto.

Las investigaciones del club concluyen que el riesgo de fallecer en un siniestro de bus es más elevado si se produce un vuelco que un golpe frontal. En el primer caso, el riesgo reside en la proyección de los ocupantes y su posterior aplastamiento por el propio vehículo. En el segundo, el principal motivo de lesión se produce al salir disparado hacia delante y no tener una fila que amortigüe el impacto.