El hacinamiento y el poder creciente de los fundamentalistas son dos de los problemas que sufren las cárceles españolas, que tienen la proporción más alta de reclusos por habitante de la Europa occidental, señala Interviú en su último número.

El censo de reclusos asciende ya a 59.425, 3.317 más que el año pasado, lo que arroja un censo de 144 presos por cada 100.000 habitantes. La revista denuncia también que en los últimos años se han producido más de 2.500 agresiones entre presos y 574 ataques de internos a funcionarios. El semanario relata también que los funcionarios de prisiones han denunciado el control que en algunas cárceles ejercen los presos musulmanes fundamentalistas.