El mayor telescopio del mundo, una proeza de ingeniería con un espejo primario de 42 metros de diámetro, no se construirá en la isla canaria de La Palma, sino en un cerro del desierto de Atacama, en Chile, según la decisión adoptada ayer por el Observatorio Europeo Austral (ESO), impulsor del proyecto. España se queda así sin una instalación científica de primer orden y sin una inversión estimada de unos 1.000 millones de euros.

El E-ELT (siglas en inglés de "telescopio europeo extremadamente grande") será "el ojo más grande del mundo en el cielo", como subraya el ESO, organización internacional formada por 14 países. Para comparar, los mayores telescopios actuales, como el GTC de La Palma, el Gran Telescopio Surafricano y los Keck de Hawái, miden entre 10 y 12 metros de diámetro. La nueva instalación tendrá un edificio de protección de 80 metros de alto, con un peso de 5.000 toneladas.

Con una óptica en los espectros visible e infrarrojo, "el E-ELT podría revolucionar nuestra percepción del Universo tanto como el telescopio de Galileo hace 400 años", confía el ESO. La construcción empezará a finales de año, aunque el telescopio no estará operativo hasta el 2018.