En España se producen más de ochocientas muertes anuales directamente relacionadas con el consumo de drogas ilegales, en la mayor parte de las cuales se detectan opiáceos, a menudo en combinación con tranquilizantes, sedantes o cocaína.

Este es uno de los datos del Informe sobre la Situación de las Drogodependencias en España correspondiente a 2006, remitido por la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas a la Comisión Mixta Congreso-Senado, cuya finalidad es estudiar este problema.

El estudio desvela que el "policonsumo" continua presente, ya que las personas que tomaron cocaína en los últimos doce meses, además de tabaco y alcohol, consumieron "alta proporción" en el mismo periodo de otras drogas como cannabis -81,6 por ciento-, éxtasis -27,5 por ciento-, anfetaminas -29,6 por ciento-, alucinógenos -20,8 por ciento- o tranquilizantes y sedantes -10,6 por ciento-.

En las urgencias hospitalarias vinculadas con las sustancias de comercio ilegal, la mencionada con mayor frecuencia fue la cocaína -54,8 por ciento-, seguida del alcohol -35,3 por ciento- y de los tranquilizantes o sedantes -33,8 por ciento-.

La mayor parte de las admisiones a tratamiento se debieron a cocaína -41,5 por ciento- o heroína -39,4 por ciento-, mientras que el cannabis se sitúa en tercer lugar, con un 12,5 por ciento.

En el análisis se señala que entre los consumidores que se inyectan siguen siendo "muy elevadas" las proporciones de infectados por VIH -20/23 por ciento-, virus de la hepatitis C -65/90 por ciento- o de la hepatitis B -20/23 por ciento-.

"Igualmente, es elevada la proporción de personas que mantienen conductas de riesgo sexuales o de inyección", indica el informe, si bien asegura que "se observa en los últimos años la disminución de los problemas más graves" relacionados con la ingesta de drogas ilegales.

En este sentido, puntualiza que el número de casos de SIDA diagnosticados en personas que se inyectan drogas ha descendido de 5.073, en 1994, a 782, en 2005.

El documento resalta que entre los estudiantes de 14 a 18 años la proporción de consumidores anuales de cannabis se ha multiplicado por dos en la última década, pasando del 18,2 por ciento en 1994 al 36,6 en 2004.

La misma tendencia se registra para la cocaína, ya que la proporción de consumidores anuales entre los estudiantes en esa franja de edad se ha multiplicado por cuatro en la última década, pasando del 1,8 por ciento en 1994 al 7,2 en 2004.

Las drogas que comienzan a consumirse más tempranamente son el tabaco, a los 13,2 años, y el alcohol, a los 13,7, mientras que el cannabis es la droga ilegal cuya ingesta empieza antes, a los 14,7, seguida de la cocaína, a los 15,8.

"En los últimos años ha aumentado la proporción de personas que piensa que es fácil o muy fácil conseguir las principales drogas de comercio ilegal", indica el texto.

Como ejemplo, precisa que un 50,3 por ciento consideraba que era fácil o relativamente fácil obtener cannabis en 1995 mientras que, en 2005, ese porcentaje se elevó a un 66,4, y, en el caso de la cocaína, pasó de 39,5 a 53,3 en esos mismos años.

El documento informa de que en los primeros nueve meses de 2006 las detenciones por tráfico de drogas aumentaron un 2,49 por ciento y las denuncias por tenencia o consumo un 28 por ciento, respecto al mismo periodo del año anterior.

En el referido tramo del pasado año, los decomisos se incrementaron en un 25,29 por ciento, el 75,67 de ellos fueron de cannabis o derivados, el 18,03 de cocaínicos y el 2,93 de opiáceos.