La comunidad internacional estudia cómo frenar el cambio climático a partir del 2012, el último año de vigencia del protocolo de Kioto. La conferencia de Montreal (Canadá), cuyos prolegómenos comenzaron ayer, reúne a más de 10.000 participantes. Los españoles acuden a la cita con dos ideas muy claras. Por un lado, hay que conseguir, esta vez sí, implicar a EEUU. Por otro, es necesario cambiar el sistema de cuotas de emisión para dar un vuelco a la situación actual en la que a España se le permite una emisión per cápita muy inferior a la de la mayoría de países europeos.

España se presenta en Montreal --que durará hasta el 9 de diciembre-- como uno de los alumnos menos aplicados. Su grado de incumplimiento de Kioto es el más alto de la UE. El protocolo le asignó la posibilidad de subir en un 15% las emisiones de los gases de efecto invernadero tasadas en 1990, pero desde entonces el aumento ha sido de un espectacular 45%.

REALIDAD DIFERENTE Sin embargo, esta mala nota no se corresponde del todo con la realidad. En el 2002, España emitió 9,9 toneladas de CO2 per cápita cuando la media europea estaba entonces en 10,5. En aquella época, países que están cumpliendo con creces sus compromisos, como Alemania y Gran Bretaña, lanzaban a la atmósfera cantidades también superiores, 12,3 y 10,5 respectivamente.

La situación desigual deriva de que en Kioto sólo se tuvieron en cuenta como punto de referencia las correspondientes a 1990 y las perspectivas de crecimiento económico. Las asignadas a España eran superiores a las de otros países pero estaban muy lejos del boom económico que luego se ha producido.

Eso no significa que España se plantee reabrir el reparto de cuotas, como ha sugerido algún sector empresarial, pero sí apostar fuerte en el pos-Kioto . Arturo Gonzalo Aizpiri, secretario general para la Prevención de la Contaminación y el Cambio Climático del Ministerio de Medio Ambiente, considera que es imprescindible que se incorporen "mecanismos de equidad", como las emisiones per cápita.