Caída en picado, que arrancó justificada en los recortes y no se ha recuperado un ápice. Todo lo contrario. La Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) se sitúa en mínimos históricos con un descenso acumulado del 73,5 % desde el 2008, lo que coloca a España en el puesto 26 de 28 países donantes, denuncia Oxfam Intermón en su informe La realidad de la ayuda.

«España avanza de manera decidida hacia el colapso de su política pública de cooperación», lamenta la oenegé en este análisis de la ayuda al desarrollo, que navega hacia la «irrelevancia» y la deriva en «un peligroso camino de no retorno, en el que la única solución posible es la propia refundación, comenzar de nuevo».

Con la última reducción en el 2015, de casi el 11% respecto al año anterior, la cooperación española suma seis ejercicios de recortes desde 2008 y hace que la ayuda española sea hoy, con 1.261 millones, una tercera parte de lo que era (ese año ascendió a 4.762 millones de euros).

TRAS LA RECUPERACIÓN / Oxfam recuerda que aunque el Gobierno se comprometió a recuperar la ayuda «una vez la economía española retomase la senda del crecimiento», desde 2014 España crece y los recursos para esta política pública no han hecho más que seguir disminuyendo (en 2013 fueron 1.789 millones y en 2015 desciende a los 1.261).

Explica que la ayuda española apenas alcanza a pagar las contribuciones obligatorias a la UE y los organismos multilaterales y lamenta que la Agencia de la Cooperación gestiona poco más del 20% de la ayuda al desarrollo. El Ministerio de Hacienda y el de Economía gestionan o transfieren el 60% de la ayuda bruta.

Además, alerta de una «peligrosa tendencia hacia la creciente securitización y la externalización de fronteras de la política de cooperación», como demuestra que Interior pasó de gestionar menos de un millón en el 2014 a más de 14 millones en el 2015. «De hecho, fue el ministerio que más aumentó su aportación a la ayuda española; aproximadamente el 90% de estos recursos se ejecutaron en dos únicos países: Mauritania y Senegal con el objetivo de controlar y luchar contra la inmigración ilegal», indica Oxfam.

Para esta organización, «esta falta de voluntad y liderazgo políticos, que debería empezar en el presidente del Gobierno, es especialmente preocupante frente a las crisis humanitarias crecientes». Oxfam recuerda que en el 2015 se dejó de ejecutar el 28% de la ayuda planificada. Este descenso sitúa a España en los últimos puestos de los principales donantes.